Jordán Hilda Antonieta Pérez Carvajal es una de nuestras sobresalientes científicas. Se ha destacado en la investigación sobre la malaria y la leishmaniasis en Venezuela. Inteligente, observadora y competente, se considera una mujer normal que ha vivido intensamente. Extrovertida en su actividad e introvertida en su intimidad. Colmada de satisfacciones por su hija Gabriela, profesional de la Comunicación Social y del Diseño Gráfico y por su profesión. Sabe que hay tiempos para reír y tiempos para llorar. Consciente que el secreto de la felicidad es enfrentar realidades sin huidas y desechar subterfugios. Está totalmente en paz con sus proyectos.
Hilda Antonieta Pérez Carvajal nació en Cumaná, el 11 de mayo de 1945 en la calle Urica de la parroquia Santa Inés. Sus padres: Claudia Carvajal de Pérez, caraqueña y Miguel Clemente Pérez, cumanés. Es la primogénita de tres hermanos, Miguel Antonio Pérez y José Luis Pérez. A finales de los años 40 el matrimonio se trasladó a Caracas, donde se radicaron definitivamente. Estudió primaria en la Escuela Experimental Gran Colombia, y la secundaria fue compartida entre el Colegio «Santa Luisa» y el Liceo «Pedro Emilio Coll» donde obtuvo el grado de Bachiller en Ciencias. Desde muy joven siente necesidad por el saber, conocimiento exacto y ordenado de las leyes en el área de la ciencia.
En la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela (UCV), se graduó de Biología en 1967. Su tesis de licenciatura fue en el campo de los bacteriófagos de E. coli y fue su mentor el Dr. Oswaldo Grillo. En 1968 el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la UCV le otorgó una beca para realizar estudios inmunológicos sobre el veneno de Crotalus terrificus bajo la tutoría de los doctores Grillo y Scannone. En 1970 ingresó como instructor a la Escuela de Biología de la Facultad de Ciencias de la UCV; allí compartió actividades docentes en la enseñanza de la Fisiología y se integró al equipo de investigación dirigido por el doctor Nicolo Ercoli y los biólogos Gilberto Payares y Morelia Pérez. Este grupo investigaba sobre el desarrollo de nuevos fármacos contra las parasitosis, especialmente la bilharziosis causada por el Schistosoma mansoni . En 1971 obtuvo una beca de CONICIT para realizar su doctorado en el National Institute for Medical Research (NIMR) de Londres, bajo la tutoría de los doctores Ron Smithers y Rowland Terry. Obtuvo el grado de Ph.D. en 1974. Su tesis versó sobre la regulación de la respuesta inmunológica en la bilharziosis experimental causada por el S. mansoni. Fue una época de formación no sólo por los conocimientos adquiridos, la productividad y consolidación de su madurez profesional en la investigación, sino por la oportunidad de compartir un entorno académico de gran tradición científica.
Finalizado su doctorado recibió ofertas de trabajo de instituciones como el NIMR y en Venezuela, de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela, de la Universidad de Los Andes y del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas. Regresa al país en 1975 y se integra al equipo docente y de investigación fundado por el Dr. José Vicente Scorza en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes. Continuó los trabajos sobre la inmunología de la esquistosomiasis, pero mientras transcurría el proceso de organizar un laboratorio para proseguir los estudios sobre S. mansoni y de obtener financiamiento del CONICIT para este proyecto; se dedicó a la docencia y participó en varios trabajos de campo sobre la leishmaniasis dirigidos por el eminente médico tropicalista de renombre nacional e internacional José Witremundo Torrealba que asesoraba el posgrado en Parasitología fundado por Scorza.
En enero de 1976 se incorpora al cuerpo de investigadores del Centro de Microbiología y Biología Celular del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas -IVIC- donde, permaneció por 26 años. En el IVIC realiza estudios sobre la inmunología del S. mansoni en el marco del proyecto aprobado por CONICIT y a partir de 1977 se dedica a investigar sobre la inmunología de la leishmaniasis cutánea americana, probando la importancia de la susceptibilidad genética del hospedador en las manifestaciones clínicas de la leishmaniasis cutánea experimental provocada por parásitos del tipo L. mexicana. Durante 13 años se dedica de manera constante y permanente al estudio de la leishmaniasis, publicó trabajos de gran importancia hoy día. Afirma que muchas de las ideas desarrolladas durante sus investigaciones en el campo de la leishmaniasis, recibieron el estímulo intelectual de José Witremundo Torrealba, José Vicente Scorza, María Deane y Leonidas Deane, estos dos últimos, destacados parasitólogos brasileños, quienes en su paso por Venezuela sembraron sabiduría y amor por la ciencia. Su investigación sobre leishmaniasis contó además con la colaboración crítica y entusiasta de posgrado las doctoras Beverly Arredondo e Inés de Malavé; las estudiantes Fanny Labrador, Mercedes González, Alicia Jorquera y Milagros Ortega y los asistentes de investigación Rubén Machado, Elíades Ledezma y José Bolívar y la Licenciada Mercedes de La Rosa.
Hilda Pérez es una mujer de gran inquietud, trabaja arduamente para vincular la ciencia con las necesidades del país. Predica y enseña con su ejemplo que el mundo académico y científico está inmerso dentro de la sociedad venezolana Cuando reaparece la malaria en el país, a la sazón, la investigación sobre malaria es prácticamente ajena al ámbito científico nacional. Recuerda que sus largas conversaciones con Arnoldo Gabaldón y con Renato Gusmao, este último representante de la OPS en Venezuela, fueron incentivo crucial para emprender un nuevo camino en el estudio de la que, no por accidente, es la enfermedad tropical más importante del mundo.
A partir de 1990 Hilda Pérez inicia una nueva línea de investigación en el IVIC en el estudio de la malaria por Plasmodium vivax, principal parásito malárico de Venezuela y de varios otros países de América Central y del Sur. Hubo necesidad de acceder y desarrollar nuevos conocimientos apoyados en un reentrenamiento tecnológico, sobre todo porque la investigación actual en malaria impone una revisión y actualización permanente de métodos avanzados. La producción de hibridomas, la síntesis de péptidos y la incorporación de metodologías de biología molecular, fueron base necesaria para iniciar el proyecto con un enfoque interdisciplinario, que ha fomentado la cooperación con otros estudiosos nacionales y extranjeros. Esta nueva línea de estudios para el país ha contado con varios colaboradores, entre los que destacan: Carmen Bracho, como investigadora, a los estudiantes graduados Erlinda Sánchez, Abina Wide, Raici Galavís y Milagros Postigo, a tesistas de pregrado, el extraordinario apoyo técnico de la licenciada Mercedes de La Rosa y la colaboración del licenciado José Bolívar.
Como estudiosa e investigadora en el campo de la malaria, Hilda Pérez, ha formado parte de importantes comités internacionales. Miembro del Comité de Inmunología de Malaria (IMMAL) del Programa TDR de la Organización Mundial de la Salud (1994) y desde 1998 participa en el Comité de Expertos de la OMS/OPS para analizar y aprobar las pautas regionales concernientes a la evaluación de la eficacia terapéutica de los medicamentos para el tratamiento de la malaria por Plasmodium falciparum en las Américas. Ha participado activamente en la redacción del primer protocolo de la OPS para evaluar la resistencia de P. vivax a la cloroquina en América Latina y es miembro del comité nacional para la vigilancia de la fármaco sensibilidad de los parásitos maláricos en Venezuela. Su mayor logro es el aporte a la ciencia venezolana por sus estudios sobre las enfermedades tropicales. Hilda Pérez fue investigador titular del IVIC, jefe del Centro de Microbiología y Biología Celular del IVIC, docente en el postgrado de Inmunología del Centro de Estudios Avanzados del IVIC y en los de Parasitología (Facultad de Medicina) de la UCV y Protozoología de la Universidad de Los Andes. Es miembro fundador de la Sociedad Parasitológica Venezolana, la cual ha presidido en dos oportunidades.
En el 2013 le fue otorgado el premio Mujeres en Ciencia otorgado por la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales en razón a sus reconocidos aportes al conocimiento científico en inmunología parasitaria, contribución a la formación de grupos de investigación, fundación de asociaciones y sociedades científicas, divulgación del conocimiento en Venezuela y su participación como experto internacional en enfermedades tropicales. Hilda Pérez es una persona de gran calidad humana, amante de la música, sobre todo los compositores: Sibelius, Vivaldi, Bach, y Mozart. Con especial predilección por la música popular cubana. Frente a la vida ha sido una mujer ganadora, ha tomado la existencia a manos llenas. En las adversidades ha cosechado experiencias y frustraciones que le han servido de estímulo. Vivió una etapa de gran madurez y cosecha. Falleció en el 2019 dejándonos un increíble legado de profesionalismo, responsabilidad y compromiso.
Biografía elaborada por
Luis Segundo