Juan Padrón Galíndez

Nació en Valencia, estado Carabobo, el 12 de junio de 1918. Casado con Isabel Crema Rousset y con quien tuvo  tres hijos: Raúl, María Silvia y Daniela. Estudió primaria en el Colegio Federal Páez y bachillerato en el Colegio Don Bosco, ambos en Valencia. En 1938, se graduó de Bachiller en Filosofía en la Universidad Central de Venezuela presentando una tesis literaria relacionada con el opio y otras drogas narcóticas.

Durante sus estudios desempeñó las preparadurías de Botánica e Hidrología en la Escuela de Farmacia de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Se graduó de Doctor en Farmacia en la UCV el 19 de diciembre de 1940. También en la UCV obtuvo el título de Experto Químico el 25 de junio de 1956. En su carrera docente se desempeñó como jefe de trabajos prácticos en la Cátedra de Química Biológica (1945). Fue el primer profesor de la Cátedra de Bacteriología y Serología de la Facultad de Farmacia de la UCV, denominada posteriormente como Cátedra de Microbiología de la que fue profesor, hasta su jubilación en el año 1967.

Durante su gestión, junto con Oswaldo Grillo se encargó del diseño del espacio físico que ocupan los laboratorios de Microbiología de la Facultad de Farmacia, la funcionalidad de sus espacios habla de la visión de futuro de ambos profesionales. También fue profesor de Microbiología en la Facultad de Farmacia de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Desde 1949, trabajó para el Ministerio de Sanidad en el Instituto Nacional de Higiene donde fue jefe de la Sección de Microbiología de Alimentos y Medicamentos y jefe de la División de Servicios Técnicos Auxiliares. También fue asesor de la Junta Revisora de Especialidades Farmacéuticas y asesor en productos biológicos de la División Farmacia.

Fue miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Microbiología (1953). Realizó varios cursos de especialización en Brasil: Bacteriología para médicos, en la Facultad de Higiene, Microbiología Aplicada al Control de Medicamentos y Alimentos, en el Instituto Adolfo Lutz; sueros e inmunógenos para aplicación humana, en el Instituto Butantan; sueros e inmunógenos para aplicación veterinaria, en el Instituto Biológico, y vacuna antirrábica, en el Instituto Pasteur. En Argentina realizó los cursos de Microbiología en las Escuelas de Farmacia y Medicina y un Curso de Bacteriología en el Instituto Bacteriológico de Buenos Aires. Fue tutor de 15 tesis para el grado de Doctor en Farmacia. El Dr. Padrón destacó como un activo luchador gremial, tanto en el gremio docente como en el gremio farmacéutico. Fue fundador de la APUCV y secretario de la Unión Farmacéutica Venezuela y formó parte de varias de sus directivas.

El Dr. Padrón fue un amante de la música y desde su posición como jefe del Departamento de Música de la Dirección de Cultura de la UCV, jugó un papel descollante en la creación del Orfeón Universitario y de la Estudiantina Universitaria y fue promotor de eventos culturales de relevancia internacional. Durante mis estudios de Farmacia, oí en muchas oportunidades nombrar al Dr. Padrón y lo conocí cuando comencé a trabajar en el Instituto Nacional de Higiene en 1973. Tanto en la Facultad de Farmacia como en el Instituto de Higiene se hablaba de él con mucho respeto. Fue objeto de reconocimientos entre los que se pueden resaltar la Orden Francisco de Miranda, la Orden José María Vargas, la Orden José Luis Andrade y en 1969 fue nombrado profesor honorario de la Facultad de Farmacia.

Disfruté de muchas conversaciones con él que me permitieron conocer detalles de la historia de las instituciones que no suelen aparecer en los libros. En varias ocasiones tuve el privilegio de visitarlo en su casa y descubrir detrás de esa figura seria y distante a un hombre hogareño, sencillo, con gran sentido del humor y con habilidades manuales y musicales notables; tocaba guitarra y violín y fue un luthier de prestigio. Tuvo un taller donde construyó instrumentos musicales entre los que puedo recordar, en la sala de su residencia, un clavicordio, un clavecín y un virginal, que es instrumento parecido a un piano que, según me explicó, debe su nombre a que «era tocado por las vírgenes necias«. El Dr. Padrón falleció el 16 de enero de 2005. Sirvan estas cortas líneas para dejar testimonio, a las generaciones futuras, del paso por el mundo de este honesto profesional.

Biografía elaborada por

Magaly Pedrique de Aulacio

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