Hablaremos ahora de una mujer insigne, nacida el 5 de mayo de 1930, en aquella Caracas colonial, a las 11 pm. Sus padres, Adelaida García de Bastardo y Santiago Bastardo, la consagraron con el nombre de María Cecilia Bastado García. A los 28 años heredó el «de Albornoz». Un solo hermano mayor la antecede, Servando Bastardo García. María C.B. de Albornoz fue una mujer ejemplo viviente de nuestros tiempos, de signo zodiacal Tauro, con mucho temple, perseverancia y tenacidad, lo cual sin duda son cualidades que contribuyeron a la siembra y cosecha de todos sus grandes frutos.
Cursó su primaria en el Colegio Santa Rosa de Lima y su secundaria en el Colegio San José de Tarbes y Liceo Andrés Bello. Obtuvo el título de Médico Cirujano en 1956 y el Doctorado en Ciencias Médicas, Mención Medicina, en 1975, ambos títulos de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Realizó varios cursos de postgrado; 1961 Micología Médica en el Institute St. John’s Hospital y Micología en London School of Higiene and Tropical Medicine en Londres, Inglaterra. Realizó otros cursos sobre Micología e Inmunología en Caracas, Mérida y EEUU. Fue en el año 1966, cuando obtuvo por concurso, la jefatura de la Sección de Micología del Instituto de Biomedicina (antiguo Departamento de Dermatología Sanitaria), la cual desempeñó hasta el año 1992 cuando se jubiló.
La Dra. Albornoz ha sido una de las pioneras en el área de la Micología Médica en Venezuela, área a la cual siempre se dedicó. Durante su trayectoria profesional realizó más de ochenta publicaciones, cuarenta y cinco de estas en revistas internacionales. Participó en setenta y siete eventos científicos, de los cuales catorce fueron de carácter internacional. De sus ocho reconocimientos y distinciones resalta el nombramiento de «Hija Ilustre de la Ciudad de Santa Cruz», Bolivia, con motivo de dictarse el Primer Curso-Taller de Micología Médica bajo los auspicios de la Sociedad Internacional de Micología Humana y Animal (ISHAM) en el año 1987. Su amplia trayectoria y experiencia en el campo de la micología le hacen darse cuenta de la falta de diagnóstico y estudio de las micosis a nivel nacional y se le ocurrió la brillante idea de formar grupos de trabajo de Micología con médicos y bioanalistas a quienes se les impartiría una buena formación y orientación en el área. En 1981 constituye el primer grupo de trabajo en el estado Monagas, con la ayuda del Instituto Nacional de Hipódromos; le siguieron los grupos de San Cristóbal, Maracaibo y Coro, todos coordinados por la Dra. Albornoz desde Caracas. En la actualidad estos grupos a excepción del de San Cristóbal se han mantenido activos y se sumaron varios estados como son: Sucre, Lara, Carabobo, Bolívar y Trujillo. La creación de estos grupos permitió el estudio de las micosis en sus respectivos estados y contribuyeron notoriamente en el estudio de las micosis en cuanto a diagnóstico precoz, casuística, epidemiología y estudio de la biología del agente causal en la zona endémica y otros. La necesidad de ir obteniendo un registro de los datos epidemiológicos arrojados por estos grupos, dio la idea de crear un órgano divulgativo, creándose en 1985 el primer Boletín Informativo «Las Micosis en Venezuela», editándose inicialmente tres números al año, que luego, por razones presupuestarias, se fueron reduciendo a dos y uno anualmente. En la actualidad se han editado 35 números en 15 años; estas ediciones han sido realizadas gracias a las subvenciones de laboratorios privados y organismos oficiales del estado como son: laboratorios Bayer, Vargas, Pfizer, Fundacite y Codecih. Este Boletín constituye hasta la fecha el único material impreso donde se reporta la casuística de las micosis superficiales y profundas en Venezuela.
Entre otros de los grandes logros literarios de la Dra. María C.B. de Albornoz, se encuentran dos títulos, el primero realizado en 1971 «Lecciones de Micología», bajo los auspicios de Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS), único texto de Micología en Venezuela que se tenía para esa fecha. En 1996, con el apoyo económico de su tía Sra. Rosana Pérez de Santeliz, edita un segundo texto «Temas de Micología Médica», con la colaboración de algunos integrantes de los grupos de trabajo y médicos especialistas involucrados con el estudio de las micosis, como autores de capítulos de las micosis endémicas en sus estados respectivos. La Dra. Albornoz contrajo matrimonio con el Dr. Rafael Albornoz Martínez, reconocido Médico Cirujano, Epidemiólogo, quién se desempeñó entre otros cargos como Director de Salud Pública, con quien procreó tres hijos: Paúl, Ángeles y Mariana, quienes la han recompensado con ocho nietos, con los cuales disfrutaba cada vez que el tiempo se lo permitía. Después de jubilada pasaba la mayor parte de su tiempo en su residencia de la Colonia Tovar, localidad donde atendía una consulta semanal de micología ad honorem en el Centro Clínico Colonia Tovar, asistiendo, eventualmente, a las penetraciones que se realizan a diferentes caseríos del municipio. En su chalet, parte de su tiempo lo dedicaba a la horticultura, cultivo de flores, oír su música preferida, la clásica y la venezolana; realizaba largas caminatas matutinas así como prácticas de Tai-Chi.
Entre las cosas muy personales de esta gran mujer, pudimos descubrir que también tenía algunos sueños que no pudo realizar, como fue aprender a tocar un instrumento, ya que consideró que nunca tuvo buen oído musical. Entre sus platos preferidos se encontraban la langosta a la termidor y las hallacas, pues como buena taurina, se consideraba poseedora de un exquisito paladar gastronómico. Una de las frases o pensamientos de los grandes maestros con la que se identificaba es la que dice «Aquello que tú siembras tú cosecharás«, nos deja este proverbio como gran ejemplo de todas aquellas siembras y cosechas en su vida. El fallecimiento de la Dra. Albornoz ocurrido el 25 de febrero de 2016 ha significado una pérdida invaluable para la Micología Médica de Venezuela y el mundo.
Biografía elaborada por
Mireya Mendoza