Albert Ludwig Sigesmund Neisser

¿Recuerdan la morfología típica de las bacterias en granos de café?  Muchos de nosotros hemos realizado, en el transcurso de nuestra vida profesional, múltiples coloraciones de Gram tratando de observarlos con el color característico que nos permitía clasificarlas como diplococos Gram negativos intra y extracelulares. Que interesante era observar estas bacterias dentro de los leucocitos, con su distintiva morfología y su pálido color rosado, propio de estas bacterias. Su hallazgo concluía el diagnóstico preliminar de una gonorrea y nos alertaba para reportar nuestras observaciones y poder comenzar un tratamiento rápido y certero, mientras confirmábamos su presencia con el cultivo bacteriológico.

Para todos los que laboramos en esta ciencia, la observación microscópica es fundamental.  Podemos decir que estar familiarizado con la morfología de los microorganismos es un verdadero arte. Sí nos maravillamos al contemplar una puesta de sol o un paisaje, cuanto más nos asombramos al poder ver las diferentes morfologías que presentan las células de los tejidos, las diversas formas con que observamos a los parásitos, los hongos microscópicos e incluso los virus al microscopio electrónico. El solo hecho de ver e identificar a las bacterias en dos tipos, gracias a los colores que toman al ser coloreadas, es fascinante.

La capacidad de nuestra memoria visual nos ayuda a reconocer cada uno de estos microorganismos pertenecientes a las distintas ramas de la Microbiología. Sería pretensión el decir que, aun con el uso de esa memoria, a mayor capacidad, podemos registrar mentalmente a todos y cada uno de estos diferentes seres vivientes. Pero lo que si es cierto es que todos nos asombramos al poder diagnosticarlos como causantes de una patología.

Si estos comentarios lo hacemos a escasas dos décadas del siglo XXI, quisiéramos imaginarnos como era el tratar de visualizar y encontrar un agente causal de una enfermedad en la época pasteriana, cuando se lograran identificar un gran número de estos microorganismos que en muchos casos diezmaban a poblaciones enteras alrededor del mundo.

Es la obligación de todos los que trabajamos en esta ciencia conocer a quienes fueron los artistas principales de estos hechos y rendirles permanente consideración a todos y cada uno de los pioneros de la Microbiología ya que, por su naturaleza, sus conocimientos, experiencias y porque no, con su perseverancia, hemos heredado los conocimientos necesarios para profundizar en este hermoso mundo microscópico.

Con las líneas que siguen queremos rendir homenaje a Albert Ludwig Sigesmund Neisser, quien hace más de ciento cuarenta   años informaba al mundo en una comunicación, el descubrimiento del germen causal de la gonorrea, clasificado desde los años treinta del siglo XX, en honor a este gran hombre de ciencias, como  Neisseria gonorrhoeae.

Albert Ludwig Sigesmund Neisser, nació el 22 de enero de 1855 en Schweidnitz, en una pequeña ciudad cercana a Breslau conocida en la actualidad como Świdnica, ciudad del sudoeste de Polonia.

Fue su padre Moritz Neisser, un reconocido médico judío. Desafortunadamente, su madre murió antes de que cumpliera un año de vida.

Realizó sus estudios primarios en una escuela local en la ciudad de Münsterberg en Polonia y el bachillerato en el Colegio Santa María Magdalena de Breslau en Breslavia, una ciudad situada cercana al río Óder, en el oeste de Polonia (hoy Wroclaw, Polonia). En esta escuela Neisser compartió estudios con otro gran médico en la historia de la medicina quien desde la época de estudiantes se convertiría en su amigo y compañero de trabajo, Paul Ehrlich (1845-1915), uno de los Pioneros de la Microbiología.  Albert Ludwig Sigesmund Neisser terminó definitivamente su bachillerato en el año 1872 y comenzó sus estudios de medicina en la Universidad de Breslavia, universidad de esa misma ciudad en Polonia, realizó los estudios de medicina entre 1872 y 1877, excepto  con una breve estancia de un semestre en la Universidad de Erlangen, en la ciudad del mismo nombre. La Universidad de Erlangen-Núremberg es la universidad de las ciudades de Erlangen y Núremberg en Baviera, Alemania. Finalmente obtuvo su doctorado en 1877 con un trabajo de tesis sobre el echinococcus, parásito del perro, gatos y zorro y eventualmente del hombre, tutorada por Michael Anton Biermer (1827-1892) y  titulada  “Die-Krankheit Echinococcen”. (La enfermedad del echinococcus).

Inicialmente Neisser solicitó un lugar como interno en la Universidad de Breslau en Breslau, pero no lo consiguió, aceptando la residencia en dermatología y venereología al no conseguir cupo en Medicina interna. Consiguió trabajo como asistente de Oskar Simon (1845-1892), dermatólogo con quien comienza sus estudios sobre las enfermedades de transmisión sexual y la lepra. Posiblemente también influyeron en la decisión de Neisser de quedarse de Breslau, Ferdinand Julius Cohn (1828-1898), botánico y bacteriólogo alemán y Carl J. Salomonsen (1847-1924), médico y bacteriólogo noruego, quienes se encontraban para aquella época en esa ciudad.

Valiéndose de las enseñanzas de Cohn, quien había estado trabajando con Robert Koch (1843-1919) y al que consideraba su amigo. Con la incorporación de   Las técnicas de coloraciones de Julius Friedrich Cohnheim (1839-1884) y Carl Weigert (1845-1904), además de la ayuda obtenida a través del uso de  un nuevo microscopio recién fabricado por  la casa Zeiss, con objetivo de inmersión y que contaba igualmente con una versión actualizada de un nuevo condensador, Neisser logra descubrir en 1879, el agente causal de la gonorrea al encontrar una bacteria, en forma de diplococos,  obtenida  del pus de secreciones uretrales de sus pacientes. Demostró la existencia de diplococos en 26 adultos con uretritis gonocócica, 7 casos de infección neonatal y 2 casos de oftalmitis. Como colorante utilizó simplemente el violeta de metilo. Al desarrollarse la coloración de Gram, se pudo conocer más de sus características tintoriales y su morfología particular. Esta bacteria, cuyo nombre fue propuesto por​ el italiano Vittore Benedetto Antonio Trevisan de Saint-Léon (1818-1897) en 1885 como Neisseria en homenaje a Albert Ludwig Sigesmund Neisser, no se aceptó de forma general hasta los años treinta del siglo XX, conocida hoy finalmente como Neisseria gonorrhoeae.

En 1883 se casó con Antonie (Toni) Kauffmann (1861-1913), perteneciente a una distinguida familia judía. Desafortunadamente falleció en 1913.

Posteriormente el hallazgo de Neisser fue confirmado por otros científicos, aunque no se había podido cultivar en los laboratorios ya que no se había encontrado un medio de cultivo adecuado para obtener su desarrollo. En 1882 Neisser completó la descripción del microorganismo llamándolo «gonococos». Más tarde, en 1883 demostró que la bacteria, si se podía cultivar utilizando en la formulación, líquido sinovial. Leistikow y Friedrich August Johannes Löffler (1852-1915), igualmente lo consiguieron en 1882, a la par que Bumm en 1885. Éste último provocó la gonorrea en pacientes mediante la inoculación de cultivos de la bacteria. Algo semejante fue realizado por Ernst Wertheim (1865-1920) en 1891 en Viena. Hoy, uno de los medios de cultivo empleado con mayor frecuencia para el aislamiento de Neisseria gonorrhoeae es el Thayer Martin modificado.

Uno de los problemas que se tuvo en la época donde Neisser realizaba sus trabajos de investigación era que por mucho tiempo los médicos consideraron la sífilis y la gonorrea como dos manifestaciones clínicas de una misma enfermedad. Para respaldar esta teoría, John Hunter (1728-1793) se inoculó secreción purulenta obtenida de la uretra de afectados de gonorrea observando posteriormente la aparición de un chancro y semanas después, los síntomas de una sífilis secundaria. Podemos advertir hasta dónde llega y todo lo que hace un ser humano para alcanzar a la verdad. Estas observaciones le permitieron a Hunter concluir que se trataba de la misma enfermedad. Por el contrario, H. van den Bell (1728-1793), mantuvo que la infección era producto de dos enfermedades diferentes cuyo origen estaba relacionado con un mismo «virus». En la misma época, tratando de explicar el hecho de la dualidad de infecciones, el médico francés Jean-François Hernández realizó una serie de inoculaciones de secreciones gonorreícas a varios prisioneros y no observó en ningún momento la aparición de un solo caso de sífilis. Asimismo, Philippe Ricord (1800-1889), en 1883, había inoculado con secreción purulenta uretral de pacientes con gonorrea a varios centenares de voluntarios, entre los que no se produjo tampoco ni un solo caso de sífilis. Todas estas experiencias se originaban por la falta de conocimientos relacionados con estas dos entidades y sobre todo por no conocer el o los agentes causales de las mismas, aunque ya Neisser había descubierto el agente causal de la gonorrea.

En el Hospital de la ciudad de Breslau comenzaron a recopilarse estadísticas de los afectados por gonorrea a partir de 1886, cuando la gonorrea significaba solo 9,3% de todos los ingresos por enfermedades venéreas. Dos años después aumentó al 54%, lo que Neisser explicó como el valor obtenido al realizar un estudio sistemático microbiológico de las secreciones. Siempre recomendó que el diagnóstico se realizara en el laboratorio y no solamente por la observación clínica.

Estas investigaciones concluirían con la aceptación de dos enfermedades diferentes. El descubrimiento de Neisser del gonococo en 1879 contribuyó a despejar el camino. Más tarde, en 1905, Fritz Schaudinn (1871-1906) y Erich Hoffmann (1868-1959), encontrarían el agente causal de la sífilis, el Treponema pallidum.

Posteriormente Neisser publicó resultados estadísticos de la población tanto civil como militar y mostró lo que significaba la gonorrea para la población y el gasto que suponía para el estado. Se preocupó notablemente por los problemas en Salud Pública que implicaba esta enfermedad. Pensó que el tema requería la atención de las autoridades. Fue partidario de la implementación de medidas sanitarias preventivas y de la supervisión continua de la salud de las prostitutas, además de que se implementase una regulación más estricta de esta profesión. Neisser no sólo estaba preocupado por las enfermedades venéreas desde el punto de vista médico, sino que también se permitió dar su mayor esfuerzo para implementar diferentes consideraciones que trataran los diversos aspectos por él manejados relacionado con la Salud Pública.

Mucho había conseguido Neisser, sin embargo, el significado patológico del gonococo no fue reconocido completamente hasta la última década del siglo XIX, ya que para ese momento no se había podido reproducir la enfermedad en los animales de laboratorio.

Neisser también es considerado codescubridor del agente causal de la lepra. En 1879 realizó un viaje de trabajo a Noruega, poniéndose en contacto con el médico noruego Gerhard Armauer Hansen (1841-1912), quien trabajó por mucho tiempo con pacientes con lepra. Este investigador le proporciona a Neisser muestras de tejidos de sus 100 pacientes leprosos que serían examinados posteriormente a su regreso a Breslau.

Una vez de regreso, Neisser comenzó a trabajar sobre las muestras proporcionadas por Hansen y pudo aislar el agente productor de la lepra y anunciar su descubrimiento en 1880, reclamando el derecho al descubrimiento del patógeno de la enfermedad sin tomar en cuenta los trabajos previos de Hansen. Esto causó un gran conflicto entre Neisser y Hansen, debido a que este último reclamó haber tenido en su laboratorio las muestras patológicas de pacientes con lepra que relacionan la enfermedad como su causa, mostrando que esto fue realizado en el año 1872. Hansen había hallado bacilos de la lepra en unos estudios llevados a cabo en 1873. Cuando Neisser dio a conocer su hallazgo («Zur Aetiologie der Lepra», 1879), Hansen publicó un artículo en varios idiomas en el que recordaba su contribución («Bacillusleprae», 1880). Con ello se demostraba que Hansen descubrió el bacilo previamente estudiando las muestras de sus pacientes, sin embargo, Neisser lo identificó como la causa etiológica de la lepra. El estudio de esta enfermedad le llevó a Neisser varios años de trabajo. Incluso llegó a estar en España con tal fin.  Para 1881 publicó “Weitere Beitrage zur Aetiologie der Lepra».

Entre los años 1880 y 1882, Neisser estuvo en Leipzig, Alemania, donde trabajó con Julius Conheim y Carl Weigert estudiando y ejercitándose con las técnicas histológicas. Con este grupo estudió la diferencia entre el llamado lupus tuberculoso o vulgar y otros tipos de lupus, así como diferentes enfermedades dermatológicas.

En 1882 Neisser fue elegido Profesor extraordinario en la Universidad de Breslau a la edad de 29 años, desarrollando su labor como dermatólogo. Posteriormente fue promovido a director de esa institución.

A la muerte de Simon por cáncer, uno de sus primeros maestros, fue nombrado Profesor asociado de la universidad, además de jefe de la Clínica Dermatológica de Breslau. Para 1892 abrió una nueva clínica con hospitalización, laboratorio, consultorios, museo, biblioteca e incluso un bioterio. Este centro asistencial tuvo un gran renombre en lo que a asistencia, enseñanza e investigación se refiere. El propio Neisser trabajó en el estudio de la anatomía y fisiología de la piel, dedicándose a investigar sobre enfermedades dermatológicas como el lupus vulgar de la piel producida por el bacilo de la tuberculosis, el “muermo”, enfermedad bacteriana, zoonótica, grave, que afecta principalmente a caballos, mulas y asnos causada por Burkholderia malleri (bacilo gramnegativo), aunque no es frecuente en humanos, tiene una alta mortalidad que puede alcanzar el 95% sin tratamiento adecuado; igualmente estudió el ántrax, actinomicosis, psoriasis, el xantoma, los nevus y el penfigus.

Otro de los aspectos que debemos comentar era el relacionado con la seroterapia para el estudio de la sífilis en el humano. Desde mediados del siglo XIX se venían realizando experimentos sobre la sífilis, uno de ellos fue el inocular el contenido de las lesiones con sífilis secundarias a personas sanas para observar si se producía algún contagio. A pesar de las consecuencias que esto causaba, esta práctica se mantuvo hasta finales del siglo XIX. Neisser quiso aplicar la seroterapia, que tan buenos resultados había proporcionado en el tratamiento de la difteria, para la sífilis. Inoculó subcutáneamente suero de un paciente sifilítico a cuatro mujeres prostitutas. Tres de ellas desarrollaron enfermedades de la piel y una, gonorrea y condilomas, pero ninguna de las cuatro, la sífilis. Realizando otro experimento, inoculó por vía intravenosa suero procedente de varios enfermos en distintos estadíos de la sífilis a cuatro jóvenes entre los 17 a 20 años, pensando que desarrollarían inmunidad, pero lo que logró fue que todos desarrollaran una sífilis secundaria.

Se acusó a Neisser de haber realizado las pruebas humanas sin el consentimiento de los pacientes o de sus representantes legales. Sin embargo, Neisser estaba convencido de haber obrado correctamente, fue multado por este hecho, pero no se cuestionó, ni su licencia ni su posición académica.

En Francia en el año 1903, Ilya Ilitch Metchnikov (1845-1916) y Pierre Paul Émile Roux (1853-1933), en el Instituto Pasteur de París, lograron infectar monos chimpancés con sífilis.  Al conocer estos resultados, Neisser se propuso verificar estos hallazgos y para septiembre de 1903 comenzó a trabajar con los chimpancés del zoológico de Breslau,  posteriormente realizó un expedición a Java, entre los años 1904 y 1905, donde corroboró lo encontrado por el grupo francés, observando  además, que los simios eran más susceptibles a la infección con sífilis que los monos, evidenciando que el período de incubación para la aparición del cuadro clínico era de aproximadamente de 3 a 5 semanas.

En 1905 en Berlín, Fritz Schaudinn (1871-1906) y Erich Hoffmann (1868-1959) descubrieron finalmente el agente causal de la sífilis. Se trataba de una espiroqueta. Nuevamente, Neisser quiso corroborar el hallazgo y encontró la bacteria en seres humanos, así como en algunos simios y monos.

Neisser realizó una segunda expedición a Java entre 1906 y 1907. Además de continuar los experimentos con primates y monos, hizo intentos para tratar de transmitir la sífilis a otros mamíferos y aves de corral.

A principios del siglo XX, Jules Bordet (1870-1961) y Octave Gengou (1875-1957) crearon la reacción de fijación del complemento. Entre los años 1905 y 1906, Neisser visitó a August Paul von Wassermann (1866–1925) para desarrollar y perfeccionar la conocida prueba para detectar las infecciones causadas por Treponema pallidum, en el Instituto Robert Koch de Berlín, sugiriéndole que la reacción podía ser adaptada para el diagnóstico de la sífilis. Para este trabajo experimental, Neisser proporcionó el hígado de un feto sifilítico donde encontraría la bacteria y para la prueba, sueros de pacientes sifilíticos. Unos meses después del anuncio inicial de la prueba, Neisser, Carl Bruck (1879-1944), y A. Schucht informaron de su experiencia previa. La reacción tuvo éxito en monos sifilíticos, así como en los pacientes, a pesar de que fue positivo en sólo 70% de los sifilíticos sintomáticos. En algunos casos se convirtió en positivo en una segunda prueba. Como era de esperar, la prueba de Wassermann suscitó una desconfianza considerable en los primeros años de su uso. Neisser la defendió firmemente, pero no participó en la investigación posterior para mejorarla.

En 1907 Neisser fue nombrado Profesor ordinario de dermatología después de muchos años como asociado.

Neisser se mostraba satisfecho con la eficacia que se obtenía con la utilización del mercurio tratamiento de la sífilis. No obstante, consideró a esta sustancia como bacteriostático y no bactericida. Posteriormente conoció el arsenobenzol o 606, el p.p-dihidroxiarsenobenceno, preparación de arsénico orgánico, producto preparado por Ehrlich, para el año 1901, empleado para el tratamiento de la sífilis y de la fiebre recurrente; pensó que podía ser un buen complemento del mercurio.

Neisser conocía a Ehrlich desde la adolescencia. Cuando éste compartió el producto 606 entre científicos para que lo ensayaran, también se lo proporcionó a su amigo. En 1910, presentó el trabajo «Ueber die Bedeutung des Ehrlich’schen Arsenobenzols fur die Syphilisbehandlung”, donde mostraba los resultados obtenidos y el éxito alcanzado.

Aunque ya con mala salud, Neisser continuó dictando conferencias y continuó trabajando y publicando sus resultados. En 1912 sufrió una fractura de cadera de la que demoró en recuperarse. Tuvo posteriormente varios ataques de cólico renal y desarrolló una diabetes secundaria. Tras someterse a una nefrolitotomía quirúrgica, ésta se infectó provocándole una septicemia que le causó la muerte el 30 de julio de 1916, a la edad de 61 años en la ciudad de Breslau.

Albert Ludwig Sigesmund Neisser, recibió distinciones, condecoraciones y premios; entre las distinciones cabe destacar la Gold Medal of the West London Medico-Chirurgical Society. Contribuyó al desarrollo de la especialidad dermatológica. Durante su vida científica fue valiosísimo el aporte conseguido al encontrar el agente causal de la gonorrea, lo que le valió que se le bautizara con su nombre.  Además, trabajó arduamente en la sífilis. Recordemos que, a pesar del conflicto con Hansen por la autoría del descubrimiento del agente causal de la lepra, es considerado codescubridor del bacilo productor de la lepra.

Considerables fueron sus aciertos relacionados con la implementación de políticas de Salud Pública, muchas de sus ideas siguen teniendo valor en la actualidad. Promovió el establecimiento de la medicina preventiva, mediante la educación pública y campañas de concienciación. Estuvo de acuerdo con la ejecución de políticas sanitarias para tratar de controlar las enfermedades de transmisión sexual provocadas por las prostitutas.

Entre los logros que dejó este gran investigador está el haber formado parte de los fundadores de la Sociedad Dermatológica Alemana en 1888 y en 1902 de la Sociedad Alemana para la Lucha contra las Enfermedades de Transmisión Sexual.

Podemos decir que Neisser fue y será uno de los pioneros de la Microbiología. Debemos reconocer su paso por el mundo de lo intangible y el haber contribuido al desarrollo de la bacteriología con los trabajos por él realizados.

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Biografía elaborada por

Axel Rodolfo Santiago Stürup

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