En una hacienda cafetalera de Santa Ana del Táchira, nace un 25 de septiembre de 1925, Carlos Alfonso Quiroz Vega, hijo de Francisco Quiroz y Mariana Vega, siendo el tercero de seis hermanos: Ramoncita, Teodoro, Esperanza, Dulce María y Pedro Benito. Su infancia transcurre entre cosechar, tostar y moler café, así como el trabajo rutinario con el ganado y aves de la hacienda. Sus padres lo envían a San Cristóbal a estudiar primaria en la Escuela Pública Antonio Ramón Silva y continúa el bachillerato en el Liceo Simón Bolívar, donde obtiene el título de Bachiller en Ciencias Biológicas en el año 1945. No sólo se destaca como estudiante, sino que resulta uno de los más importantes basquetbolistas de su estado natal, llegando a integrar la selección del estado Táchira, uno de los equipos más fuertes de esa época (1945 a 1949).
Se traslada a Maracay en 1945 para iniciar sus estudios en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Central de Venezuela, donde obtuvo el título de Doctor en Medicina Veterinaria en 1950. Ese mismo año comienza a trabajar en el Instituto de Fiebre Aftosa (IFA), llamado luego Instituto de Investigaciones Veterinarias (IIV), donde ejerció la jefatura del Servicio de Serología durante los años 1953-1955. Fue becado para realizar sus estudios de postgrado en la Universidad de Wisconsin, en los Estados Unidos de América, donde realizó su tesis de grado bajo la tutoría de su gran maestro el Dr. Robert P. Hanson, autoridad mundial en virus aviares, de quien él guarda el más profundo sentimiento de cariño y respeto. Obtiene el título de Master of Science en el año 1957.
Regresa a Venezuela como el primer especialista en Patología Aviar, y por los años sesenta funda el Laboratorio de Patología Aviar del Instituto de Investigaciones Veterinarias. Comienza a formar profesionales de diferentes disciplinas logrando crear un equipo de especialistas en aves, capaces de dar respuesta a los problemas existentes para esa época, de la naciente industria avícola. Cuando se construyó el nuevo edificio donde funciona la Sección de Patología Aviar, el Dr. Quiroz siguió paso a paso todo el proceso, como un padre ante el nacimiento de su hijo, bautizando a ese laboratorio con el nombre de «Dr. Claudio Muskus». Su pasión por la investigación ha sido compartida con la docencia, de ahí que esa sección que estuvo bajo su dirección por muchos años se constituyera en un centro de enseñanza, cuyas puertas se mantuvieron siempre abiertas para todos aquellos que deseaban especializarse en esa área. Son innumerables los profesionales que disfrutaron de ese privilegio y muchos de ellos hoy en día se desempeñan exitosamente tanto a nivel nacional como internacional.
El 26 de diciembre de 1959 contrae nupcias con Rosa González, también médico veterinario, de cuya unión nacen cuatro hijos: Carlos Francisco, Isabel Teresa, Luis Alejandro y José Gregorio, todos maracayeros y profesionales, para quienes su padre constituye un ejemplo de rectitud, decencia, responsabilidad, honestidad y calidad humana. Ese mismo año, ingresó como profesor asistente en la Cátedra de Infectocontagiosas de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UCV, llegando a desempeñar la jefatura de esta durante los años 1973- 1975. Fue padrino de la promoción de Médicos Veterinarios de la Universidad Central de Venezuela en el año 1969. Aunque su jubilación data de 1988 se ha mantenido activo tutorando y asesorando tesis de grado y colaborando consecuentemente con otras actividades.
La actividad científica de Carlos Quiroz es bastante amplia; ha asistido a numerosos eventos nacionales e internacionales, participando en muchos de ellos como organizador, miembro de mesas redondas, conferencista, y en presentación de trabajos. Sus trabajos científicos han contribuido en el avance de la virología aviar en Venezuela, ya que ha sido uno de los pioneros de la investigación en esta área. Realizó trabajos importantísimos sobre uno de los virus más temibles para la industria avícola, el virus de la enfermedad de Newcastle; sus estudios sobre la cepa H 580, permitieron luego el uso de ella en la vacunación de las aves contra esa enfermedad. Ha sido el actor principal de los primeros aislamientos y caracterización de otros virus aviares como el de la encefalomielitis aviar, bronquitis infecciosa y enfermedad de Gumboro. Esos trabajos han generado publicaciones en revistas nacionales e internacionales. Después de 38 años dedicados a la investigación, se jubila en 1988 del Instituto de Investigaciones Veterinarias, donde desempeñó una serie de cargos, entre ellos: fue miembro de la Comisión de Ganadería del Consejo Nacional de Investigaciones Agrícolas (1966-1974), del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (1969-1971), director (E) del Instituto de Investigaciones Veterinarias (1971-1972), jefe del Programa Nacional de Patología Aviar (1974-1985) y jefe del Departamento de Virología del IIV (1986-1988). El Dr. Carlos Quiroz es fundador del Capítulo de Aragua de la Sociedad Venezolana de Microbiología, donde ha presidido jornadas (1969), simposios, talleres, mesas redondas, siendo un consecuente participante y colaborador de esta. Pertenece además a otras organizaciones nacionales e internacionales como la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia, Comisión Nacional de Sanidad Avícola, American Association of Avian Pathologists, World Veterinary Poultry Association y The American Society of Tropical Medicine and Hygiene. El Dr. Quiroz, ha sido objeto de merecidos reconocimientos, diplomas y placas otorgados por diversas Instituciones, entre ellas: Universidad Central de Venezuela, Industria Veterinaria Nacional, Ministerio de Agricultura y Cría, Consejo Municipal del Distrito Maracaibo y IV Consejo Latinoamericano de Avicultura. En 1975 recibe Botón de Oro del Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y en 1976 del Colegio de Médicos Veterinarios de Aragua. En 1978 recibió la Orden Andrés Bello Clase Corbata y en el marco de las XXIV Jornadas Venezolanas de Microbiología (1997) fue reconocido con la Condecoración Samán de Aragua. En 1998 durante el Seminario Internacional de Patología Aviar, la Universidad de Georgia de EUA le hace entrega de una placa en reconocimiento a su labor de investigación.
Carlos Quiroz, desde siempre ha tenido inclinación por la pintura y la escultura, actividad a la cual se dedicó en su tiempo libre durante algunos años de su vida, momentos que disfrutó muchísimo. Tiene también gran afición por la jardinería, le gusta viajar y la buena comida. Carlos Alfonso Quiroz Vega, hombre emblema de la Medicina Veterinaria más allá de nuestras fronteras. Es un trabajador incansable que enseña con su ejemplo, pero sobre todo rinde culto a la amistad y regala a todos todo lo que él sabe. A quienes tuvimos el privilegio de formarnos a su lado y compartir con él un cúmulo de experiencias, nos contagió su entusiasmo por el quehacer del día a día y nos enseñó que la magia del éxito en toda actividad radica en amar y creer en lo que uno hace.
Biografía elaborada por
Antonio León y Dilia Infante