El Instituto de Medicina Tropical, sede reconocida no sólo en Venezuela sino internacionalmente, fue fundado por el ilustre Dr. Félix Pifano Capdevielle, poseedor de una brillante trayectoria en la investigación científica y en la docencia médica.

Félix Pifano nació en San Felipe, estado Yaracuy, el 1 de mayo de 1912. Hijo de Carmelo Pifano, inmigrante italiano, quien fue comerciante para la firma Rizutti Hermanos y Josefina Capdevielle, nativa de Yaracuy, quien era hija de un comerciante francés, Domingo Capdevielle y Emilia Puyano. Desde niño Félix Pifano mostró gran interés por el arte y por la naturaleza. Como dice su amigo Manuel Rodríguez Cárdenas en su escrito: Félix Pifano y su recuerdo, refiriéndose a las clases de piano que Pifano recibía: «A eso agregó lo suyo, lo que tenía por dentro. Y el resultado fue una habilidad excepcional para tocar al piano los viejos valses de la tierra(…)»

El Dr. Félix Pifano fue sido un hombre influenciado por distintas culturas, con padre italiano, abuelo francés y madre venezolana. Desde niño tuvo la oportunidad de entrar en contacto con la cultura europea al visitar con su familia a Italia y conocer el pueblo natal de su padre. Inició sus estudios de primaria en el Colegio Padre Delgado, culminándolos en la Escuela Montesinos sede que cerró sus puertas por orden del presidente de la República y se vio obligado a cursar el bachillerato en el Colegio La Salle de Barquisimeto. Félix Pifano en una entrevista afirma: «tuve como profesor de Biología al Hermano Atanasio, quien representó para mí el hombre que ayudó a incorporarme al conocimiento de las ciencias naturales«. Debido a la influencia que ejerce sobre él este profesor, realizó su tesis de bachillerato sobre el estudio de las serpientes ponzoñosas del estado Yaracuy (1929) trabajo que quedó como contribución en su tierra natal.

Una vez finalizado sus estudios de bachillerato viajó a Caracas para comenzar su carrera universitaria, pero en vista de que el general Juan Vicente Gómez cerró la Universidad Central de Venezuela, no ingresa ese año (1928) sino en 1929. Félix Pifano poseía un gran interés por la Biología, pero para ese entonces esta carrera no existía y decide estudiar Medicina. Para cumplir con sus sueños, comienza su labor docente en el año 1932 como profesor de Biología en el Liceo San José en Los Teques. Se graduó el 27 de julio de 1935 a la edad de 23 años recordando con mucho orgullo que su título de médico lo firmó el Ministro de Educación de ese momento, el Dr. Arturo Uslar Pietri.

Debido a su gran pasión por su tierra natal y al gran interés en ayudar al prójimo, Pifano regresó a Yaracuy donde tuvo el honor de trabajar junto al Dr. Enrique Tejera, fundador de la Cátedra de Medicina Tropical en febrero de 1926. Félix Pifano expresó en una entrevista realizada por el Dr. Pedro Navarro: «Comencé muy joven, a los 23 años, trabajando la medicina rural en mi estado Yaracuy, diagnosticando y tratando las enfermedades endémicas que llegaban a mi consulta. En eso pasé mi juventud, entusiasmado por el servicio a los necesitados y por las ganas de resolver la problemática de salud de los pacientes solicitantes«. Es de esta forma como el ilustre Félix Pifano comienzó a dar grandes aportes a la Medicina Tropical. Citando las palabras de su amigo Manuel Rodríguez Cárdenas, quien desde una visión externa describe la decisión de Félix Pifano de trabajar en Medicina Tropical, de la siguiente manera: «Entre todas las ramas del saber, “Él escoge la que pasa más cerca del dolor de su pueblo, esa patología tropical que encierra el problema directo del hombre y de la mujer humilde, del campesino y su hijo, del rancho y la desnutrición, de la terrible angustia de morir sin remedio, sin asistencia, en manos de curanderos y brujos; el dolor, en fin, extenso y vasto, que Pifano comenzó a comprender en el contacto diario con las gentes humildes de su pueblo«.

Estando en llano adentro logró establecer la relación entre la enfermedad, el animal, el hombre y el medio ambiente, todos ellos en inevitable interacción. De esta forma sus investigaciones se inclinaron a ser más interpretativas que descriptivas realizando análisis ecológico, epidemiológico y clínico de las patologías. Como refiere el mismo Pifano en la entrevista, realizada por el Dr. Navarro: «Trabajando a brazo partido por los campos de Yaracuy, tratando leishmaniasis, tuberculosis, diarreas, parasitosis intestinales y paludismo que mataban a niños y a sus progenitores. El Dr. Arnoldo Gabaldón me invitó en 1938 a un viaje por Centro América para ver el trabajo de la Fundación Rockefeller en Costa Rica y los estudios que se realizaban en el Canal de Panamá, donde la gente moría de fiebre amarilla y paludismo. Permanecí durante varios meses en la región centroamericana y al regreso Gabaldón me propuso trabajar en Malariología del estado Yaracuy. Gabaldón era el director de Malariología de Venezuela y comandaba la lucha antimalárica en el país. Fui soldado de esa campaña para erradicar la endemia en Venezuela«.

Félix Pifano en 1939 se desempeña como protozoólogo en el Instituto Nacional de Higiene, trabajando en compañía del Dr. Martín Mayer con quien funda en 1940 la Sección de Investigación. Pifano afirmaba: «Con Mayer aprendí la metodología científica, la disciplina técnica, el análisis crítico, la claridad sintética y el rigor autocrítico«.

Por su gran afán de transmitir sus conocimientos participó en el concurso de la Cátedra de Medicina Tropical en 1941 obteniendo el cargo y realizando su carrera docente universitaria hasta llegar a profesor titular, sin abandonar sus estudios experimentales sobre aquellas enfermedades de alta incidencia en Venezuela. Junto con sus colaboradores realizó estudios clínicos, de laboratorio y de campo en las regiones selváticas y rurales del país, destacándose sus investigaciones sobre: enfermedad de Chagas, tripanosomiasis rangeli, leishmaniasis tegumentaria y visceral, amibiasis intestinal y hepática, esquitosomiasis, oncocercosis, micosis sistémicas, carencias nutricionales y animales ponzoñosos. Siempre consecuente, nunca paralizó sus actividades, pero durante la dictadura de Pérez Jiménez, por haber firmado un documento elaborado por Uslar Pietri donde reclamaba respeto por la autonomía universitaria, se va a México para cursar estudios en Cardiología, donde se consiguió con varios exiliados políticos y aprovecha para intercambiar conocimientos y escribir varios documentos científicos.

En la entrevista con el Dr. Navarro, comentó: «Regresé a la caída de Pérez Jiménez y poco después se crea el Instituto de Medicina Tropical, durante el gobierno de Rómulo Betancourt. Organicé las cátedras del Instituto y fui a Brasil a establecer un convenio de intercambio con el profesor Carlos Da Silva Lacaz para enviar profesores de Medicina Tropical«. Durante la década de los sesenta, estudió los parásitos causantes de la leishmaniasis tegumentaria en americana y propuso la existencia de dos complejos: Leishmania brasiliensis y Leishmania pifanoi. Las conclusiones que el obtuvo con estos estudios fueron publicadas en los Archivos Venezolanos de Medicina Tropical en 1960 bajo el título «Aspectos inmunológicos de laLeishmania tegumentariaen la región neotrópica, con especial referencia a Venezuela«.

El emérito Félix Pifano, llevó una vida llena de logros tras duros esfuerzos, mereciendo un sin número de reconocimientos y condecoraciones. Las que más se destacan son las siguientes: laureado de la Academia Nacional de Medicina (París) por sus trabajos en epidemiología de las enfermedades de los países cálidos (1949); Orden del Libertador con el grado de Caballero(1953); Orden de Andrés Bello en su primera y segunda clase; Orden del Libertador con grado de Comendador (1970) y Condecoración 27 de junio en primera y segunda clase; Premio «Rafael Rangel» del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, CONICIT (1977) y Premio Nacional de Ciencia que otorga el CONICIT (1996).

El Dr. Félix Pifano tuvo una gran trayectoria no sólo en el aula, como muchos médicos lo recuerdan, sino también como investigador y como excelente persona. Con su gran esfuerzo y constancia tiene en su registro más de 200 trabajos científicos sobre enfermedades endémicas venezolanas y latinoamericanas. Como docente, formó 16.500 médicos con la esperanza que vean a su país con el amor y pasión como lo hizo él. Entre 1947 y 1990 dirigió el Instituto de Medicina Tropical de la Facultad de Medicina de la UCV y que actualmente lleva su nombre. Fue decano de esta Facultad entre 1944 y 1946.

Félix Pifano fue Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina del Brasil, miembro de la Academia de Ciencias de Brasil, Individuo en la Clase Correspondiente de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela, miembro de la Academia Nacional de Medicina de Colombia, miembro del Comité de Expertos en Enfermedades Parasitarias de la OMS, miembro de la Royal Society of Tropical Medicine and Hygiene (Londres), miembro del Comité Internacional de Leishmaniasis de la OMS, miembro del Comité Internacional de Bilharziosis de la OMS y miembro de la Sociedad Internacional de Dermatología Tropical.

A sus 90 años, se encontraba delicado de salud, pero tranquilo en su residencia, acompañado de su querida esposa doña Angelita Cordido de Pifano y de sus cuatro hijos: Edmundo, Hernán, Alicia y Emilia, quienes le dieron 10 nietos, el mayor de los cuales se llama Félix Pifano, en homenaje a su abuelo. En familia recordaba sus buenos tiempos y sus merecidas condecoraciones, teniendo fe en un futuro que, según él, no estaba tan claro por la terrible situación que acogía al país.

Sólo queda esperar que este gran ilustre venezolano toque muchos corazones e inspire a mucha gente para seguir de cerca sus pasos. Falleció el 8 de agosto de 2003. La Eternidad para el Maestro Pifano.

Biografía elaborada por

Isabel Rivas, Cristina Rodríguez y Lilian Rodríguez

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