Jacinto Convit nació el 11 de septiembre de 1913 en la parroquia de La Pastora de la ciudad de Caracas. Fue hijo de Francisco Convit y Flora García de Convit. Fue el segundo de cinco hermanos. Cursó sus estudios de educación primaria en el Colegio San Pablo y educación secundaria en el Liceo Andrés Bello. En la Universidad Central de Venezuela (UCV) egresa en octubre de 1938 con el título de Doctor en Ciencias Médicas, a los 25 años. Se une en matrimonio con Rafaela Marotta D’Onofrio y fue padre de cuatro hijos varones: Francisco, Oscar, Antonio y Rafael.
Jacinto Convit se dedicó al estudio de la lepra desde 1937 estimulado por los doctores Martín Vegas y Carlos Gil Yépez. Desde que se graduó de médico comenzó a trabajar como residente en la leprosería de Cabo Blanco donde se dedica al estudio de los aspectos clínicos y de laboratorio de la lepra. Fue director de esa institución desde 1943. Jacinto Convit debe su excelente formación dermatológica a dos grandes maestros: Martín Vegas y José Sánchez Covisa. Es enviado al estado de Sao Paulo (Brasil) por el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS) en 1945, para conocer los servicios antileprosos de ese país y, al regresar, es designado director de las leproserías nacionales. Fue el primer director de la división de lepra del MSAS desde su fundación el 1 de julio de 1946 y desde este cargo dio un vertiginoso impulso a la lucha antileprosa en Venezuela, a través de la creación de 20 servicios antileprosos y 171 dispensarios. El 1 de enero de 1962 se crea la división de Dermatología Sanitaria. Convit cambia la orientación de la lucha antileprosa al evitar el aislamiento compulsorio de los enfermos e implementó el tratamiento ambulatorio y el control y protección de sus contactos. En 1942, junto a José Sánchez Covisa, Martín Vegas, Juan di Prisco y otros eminentes dermatólogos, funda la Sociedad Venezolana de Dermatología y Venerología. Fue su primer presidente (1942-1944). Durante los años 1944 y 1945 viaja a los Estados Unidos para estudiar en la Unidad de Cáncer y Piel de la Universidad de Columbia y en la Universidad Western Reserve (Cleveland, Ohio). En 1944 Convit se incorpora como dermatólogo del Hospital Vargas de Caracas y en 1958 llega a ser jefe del Servicio de Dermatología.
En 1940 inicia su carrera docente colaborando con la Cátedra de Medicina Tropical de la UCV, enseñando a los estudiantes de Medicina los aspectos clínicos y de laboratorio de la lepra en la leprosería de Cabo Blanco. En 1945 ingresa a la Cátedra de Dermatología como instructor y director del Laboratorio de dicha cátedra. En 1950 es nombrado jefe de Clínica Dermatológica del Hospital Vargas y en 1958 Convit se encarga de la coordinación de todas las actividades dermatológicas: asistenciales, docentes y de investigación. En 1967 es creada, bajo su dirección, la Cátedra de Clínica Dermatológica en la Escuela de Medicina José María Vargas. En 1964 inició el primer curso de postgrado de Clínica Dermatológica y en 1965 el curso de posgrado de Microbiología Médica. Ambos postgrados han permitido la formación de excelentes especialistas.
En 1972 Convit ve cristalizar la creación del Instituto Nacional de Dermatología. Allí se fusionan coherentemente las actividades del Departamento Sanitario, la Cátedra de Clínica Dermatológica y el Servicio de Dermatología del Hospital Vargas. Este instituto es un centro de intensa actividad científica y cuenta con 20 secciones. En 1976 es Centro Internacional de la OMS/OPS. En 1984 el Instituto Nacional de Dermatología cambia su nombre por el de Instituto de Biomedicina, ya que sus actividades traspasan las fronteras de la dermatología. Es considerado el primer centro del país en producción científica en el área biomédica. Este Instituto es el reflejo de la personalidad creadora de Convit. Allí laboran numerosos investigadores de diversas profesiones: médicos, químicos, biólogos, bioanalistas, veterinarios y otros. Jacinto Convit hizo aportes de gran relevancia, no sólo en lepra sino en otras patologías como la leishmaniasis visceral y cutánea, la oncocercosis y las micosis humanas. Sus estudios abarcan los aspectos clínicos epidemiológicos, terapéuticos y de control de estas enfermedades. Convit publicó centenares de trabajos de investigación en revistas nacionales e internacionales.
Una de las contribuciones de Convit que le ha dado más relieve internacional es el desarrollo de un modelo de vacunación contra la lepra. Demuestra por primera vez que una mezcla de Mycobacterium leprae con BCG producía una lisis total del agente de la lepra cuando era inyectado en pacientes lepromatosos. En los últimos años Convit y su grupo de colaboradores centraron su interés en el uso en gran escala de la vacuna desarrollada, no sólo para la inmunoterapia de los enfermos lepromatosos y borderline, sino para la inmunoprofilaxis de los contactos con pacientes lepromatosos. Sus resultados de las experiencias con la vacuna han sido presentados en muchos trabajos. Con igual orientación metodológica desarrolló la lucha contra la leishmaniasis.
Es amplia la carrera y proyección de la obra de Convit a nivel internacional. El instituto de Biomedicina recibe becarios enviados por la OMS/OPS provenientes de América, África y Asia. En 1971 Convit es nombrado por la OMS Director del Centro Cooperativo para el estudio histológico y clasificación de la lepra. En 1968 es nombrado presidente de la Asociación Internacional de la Lepra (ILA) y reelecto en 1973. En 1968 fue designado presidente de la International Journal of Leprosy Corporation. En 1976 fue electo director del Centro Panamericano de Investigación y Adiestramiento en Lepra y Enfermedades Tropicales. Convit recibió múltiples homenajes por parte de estudiantes de educación media, quienes lo han designado padrino de sus promociones. También varias promociones de médicos egresados de diferentes universidades nacionales llevan su nombre. Recibió el Premio Ciencia y Tecnología 1990, otorgado por la República de México, el Premio Príncipe de Asturias de España, el Premio José Gregorio Hernández de la Academia Nacional de Medicina y el Abraham Horwitz de la Organización Panamericana de la Salud, así como varios títulos honoris causa, tanto de academias nacionales como internacionales. La Sociedad Venezolana de Microbiología le concede el Premio Luis Daniel Beauperthuy el día 6 de noviembre de 1972, por sus grandes aportes a la ciencia universal. El 21 de febrero de 1991 recibe un merecido homenaje por parte del Congreso Nacional de Venezuela. Fue nominado para el Premio Nobel; pero más de una vez mencionó que su único sueño era ver la lepra erradicada de la faz de la tierra. La obra de Convit es producto de un equipo humano de gran talla intelectual. No se cansó de hacer esta aclaración. Él supo reconocer desde su juventud que el éxito se logra con el trabajo en equipo. A Jacinto Convit como dermatólogo, sanitarista, docente e investigador, le corresponde un sitial difícil de superar. Su obra es el producto de un gran esfuerzo y de una gran pasión por la verdad científica.
La Humanidad está en deuda con Jacinto Convit, infatigable trabajador, quien luego de cien años de fructífera vida, fallece en la madrugada del 12 de mayo de 2014 con la esperanza de encontrar un tratamiento inmunoterápico efectivo contra el cáncer.
Biografía elaborada por
Oswaldo Carmona