Hay que estudiar e investigar mucho y hay que pensar bastante. Debemos evitar que la medicina se convierta en un campo solo de dinero y no olvidar que es también una profesión humanista.
Jacinto Convit
Creo en la juventud, son los que deben cargar un peso importante, hacer un esfuerzo enorme. Nosotros haremos, con el tiempo que nos queda, todo lo que podamos. Pero ellos tienen que hacer esa carrera de relevo.
Jacinto Convit
Durante los años 1976 y 1977 continué en del Instituto Nacional de Dermatología del Hospital Vargas de Caracas (hoy Instituto de Biomedicina) mi formación en Inmunología de las Micosis estudiando la composición antigénica de hongos patógenos y exámenes de la respuesta inmune de huéspedes naturales y experimentales. En aquella época tuve el honor de conocer al doctor Jacinto Convit (1913-2016), director del Instituto y quien fue la persona que me permitió realizar estos estudios bajo la tutela de la doctora Maria Cecilia Bastardo de Albornoz (1930-2016), Jefe del Laboratorio de Micología, una de las personas que más había investigado sobre la Ecología del Paracoccidioides brasiliensis y quien primero lo aisló de la naturaleza, con ella se encontraba el doctor Luis Yarzábal (n.1938) médico Micólogo y Parasitólogo uruguayo quien recientemente llegaba a Venezuela procedente del Instituto Pasteur de Lille, Francia con amplios conocimientos sobre la Inmunología de hongos y parásitos y quien formó parte del equipo de investigadores del Laboratorio de Micología del Instituto. Fueron múltiples las oportunidades que tuve de conversar con el doctor Jacinto Convit mientras trabajaba en Micología; Convit siempre estuvo atento a nuestro progreso y cuando necesitábamos de su ayuda y apoyo estuvo presente para tendernos la mano y en conjunto, solucionar nuestras dudas. El doctor Convit fue uno de los científicos más importantes de Venezuela. trabajó toda su vida tratando de dejarnos sus conocimientos sobre la Lepra y la Leishmaniasis, solo por nombrar algunas de las investigaciones que realizó en el mundo de la Microbiología venezolana.
Jacinto Convit García nació en la parroquia La Pastora, de Caracas, el 11 de septiembre de 1913. Sus padres fueron Francisco Convit y Martí, inmigrante español de origen barcelonés, naturalizado venezolano y Flora García Marrero venezolana de origen canario. Fue el segundo de cinco hermanos.
Realizó sus estudios de primaria en la Escuela Caracas y continuó su bachillerato en el liceo Andrés Bello, donde fue un alumno destacado en la cátedra de Filosofía y Matemáticas. Durante sus estudios tuvo a dos grandes maestros venezolanos, el escritor Don Rómulo Gallegos (1884-1969) y el educador Pedro Arnal de Castro (1901-1948), autor de libros de texto para escolares. Convit comentó sobre Gallegos, “Gallegos era excelente en matemáticas y filosofía. Muy poca gente sabe esto. Me enseñó una cantidad de cosas y salí bien en su materia. Saqué 20 puntos”.
Ingresó a la Escuela de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1932, obteniendo durante sus estudios menciones honoríficas en asignaturas como Física y Anatomía humana, Anatomía descriptiva y topográfica, clínica médica y clínica quirúrgica. Decía Convit “Estudiábamos mucho, con gran intensidad y había mucho que memorizar. Hubo una época en la que llegué a sentir una especie de cansancio. El número de horas que había que estudiar era grande”.
En septiembre de 1937 recibió el título de Bachiller en Filosofía, optando seguidamente por el título de Doctor en Ciencias Médicas, presentando la tesis “Fracturas de la Columna Vertebral” en 1938. Mientras estudiaba Medicina, en el año 1937, Jacinto Convit comenzó a trabajar como médico residente, con dos de sus profesores, los doctores Martín Vegas (1897-1991), Dermatólogo y Carlos Gil Yépez (1907-1075), Cardiólogo, quienes habían iniciado los estudios contra la lepra en la Colonia de Leprosos de Cabo Blanco o Leprosería de Cabo Blanco, ubicada en el estado Vargas, Venezuela, lugar que amparaba a cientos de pacientes afectados por esta enfermedad.
La esperanza de vida del paciente con lepra era escasa, los únicos tratamientos eran analgésicos y aceite de Chaulmoogra (Hydnocarpus wightianus), que se extraía de un árbol de la familia Achariaceae originario de la China e India llamado Chamulgra.
En 1940, Convit comenzó a colaborar con la Cátedra de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela y enseñó a los estudiantes los diferentes aspectos clínicos y de laboratorio de la lepra. Aún en ese tiempo los pacientes con lepra eran maltratados, no solo en la calle sino también en la Leprosería. Convit se convirtió en un gran defensor contra el maltrato físico y mental a los que eran sometidos estos pacientes, exigiéndoles a los guardias y al personal de la Leprosería, mejorar la manera de tratar a estos enfermos. Siempre se sintió conmovido por la forma como se trataba al paciente con lepra, siendo este hecho lo que lo motivó a trabajar por ellos. Se convirtió en el director de la Colonia y se mantuvo en el cargo hasta 1943. Al respecto Convit expresó: “Cabo Blanco, era una inmensa casona, hecha en 1906, en el gobierno de Cipriano Castro, donde se encontraban 1200 pacientes recluidos”. “No sé qué era más impresionante si la enfermedad en sí o el rostro de dolor de aquellos seres. La lepra no tenía cura. A la gente la cazaban en la calle. Nadie se preguntaba qué pasaría con el alma de aquellas personas, con sus familias. Los hospitalizaban tan sólo por sospechar que padecían la enfermedad. Se tapaban los espejos, como si el reflejo del mal fuese a contaminar hasta las sombras. Era un desastre”.
Refiriéndose a las Leproserías Convit expresó ”Esa prisión, oprimía a los enfermos no tanto por el cautiverio como por la soledad y el olvido del que eran objeto”. “Había gente extraordinaria, pero contagiada. Más que una medicina, a veces necesitaban una conversación. A veces regañaba hasta al cura, porque se le pasaba la mano. Recuerdo que le decía: ellos también son feligreses”.
Trabajó en paralelo, entre 1940 y 1943, como director ad honorem de la seccional La Guaira de la Cruz Roja.
Para la época, Convit conoció a la enfermera caraqueña de origen italiano, Rafaela Marotta D’Onofrio, con la que 10 años más tarde en 1947 contrajo matrimonio, naciendo de esta unión cuatro hijos varones: Francisco (1948), Oscar (1949), y los gemelos Antonio y Rafael (1952).
En 1942, junto con un grupo de Dermatólogos entre los cuales estaban Martín Vegas, Juan Di Prisco (1918-1994), José Sánchez Covisa (1881-1944), fundan la Sociedad Venezolana de Dermatología y Venereología, convirtiéndose en su primer presidente desde su fundación y hasta 1944.
Entre los años 1944 y 1945, Convit viajó a los Estados Unidos de Norteamérica estudió en la Unidad de Cáncer y Piel de la Universidad de Columbia, así como también en la Universidad Western Reserve en Cleveland, Ohio y Bioepidemiología y Estadística en la Universidad de New Orleans. Como parte de sus estudios en 1945, fue enviado por el Ministerio de Sanidad de nuestro país al Brasil, para conocer y familiarizarse con las técnicas utilizadas en los servicios antileprosos para el tratamiento y control de los pacientes con lepra. Al regreso de estos estudios, Convit fue nombrado Director de las Leproserías Nacionales y al año siguiente, encargado de los Servicios Antileprosos Nacionales; paralelamente es nombrado Jefe del Departamento de Dermatología Sanitaria del recientemente creado Ministerio de Sanidad y Asistencia Social por Enrique Tejera (1899-1980) en 1936.
En 1944 Convit concursó y logró el cargo de Médico Dermatólogo, en el Hospital Vargas de Caracas, llegando a Jefe del Servicio de Dermatología en 1958. En 1945 fue instructor de la Cátedra de Dermatología que dirigió el doctor Leopoldo Briceño Iragorry (1908-1984) y fue designado director de su Laboratorio. Para 1958, ya había conseguido, por escalafón, el grado de Profesor Titular. En este cargo permaneció hasta 1950, fecha en que fue nombrado Jefe de Clínica Dermatológica.
En los años cuarenta del siglo XX, Convit y su equipo, inocularon el bacilo de la lepra en armadillos (cachicamos en Venezuela), de la familia Dasypodidae, logrando aislar el Mycobacterium leprae, de estos animales. Utilizando una mezcla de la bacteria con la vacuna contra la tuberculosis o Bacilo Calmette-Guérin (BCG), Convit desarrolló una vacuna experimental para tratar pacientes con lepra. Este modelo de vacunación estuvo dirigido tanto al tratamiento como a la prevención de esta enfermedad. Convit demostró por primera vez que esta mezcla producía la lisis total del Mycobacterium leprae cuando era inyectado en los pacientes afectados por la lepra. Los primeros resultados fueron un gran éxito, aunque con el transcurrir de los años la eficacia de esta vacuna fue objetada.
Posteriormente, utilizando el método de Convit, sus trabajos fueron la base para el desarrollo de una vacuna contra la Leishmaniasis, infección parasitaria que afecta a los pobladores de Venezuela. En el caso de la Leishmaniasis Cutánea Localizada (LCL), la utilización del mismo modelo de vacuna de la lepra permitió inmunizar a los pacientes que mostraban deficiencias en la respuesta específica ante el parásito. En 1987 se publicó un primer trabajo dónde se comparaban a dos grupos de pacientes: unos tratados con tres inyecciones de la vacuna antilepra y otro con 20 inyecciones de antimoniato de meglumina (Glucantime) que era el tratamiento estándar contra la enfermedad. Al cabo de 32 semanas, 94% de ambas muestras se habían curado al tiempo que se observó efectos secundarios en 5,8% del primer grupo y 52,4% del segundo. De esta forma, la inmunoterapia se presentaba como una herramienta para tratar la LCL a costos y riesgos bajos, por lo que podía aplicarse en servicios asistenciales sin ameritar la supervisión de especialistas.
Su creciente experiencia en el tratamiento e investigación de la lepra le permitió relacionarse con otros especialistas extranjeros, llegando asistir como delegado de Venezuela al Congreso Panamericano de Lepra celebrado en 1946 y al Congreso Internacional de Lepra que se llevó a cabo dos años después en 1948.
Entre 1950 y 1951 viajó a los Estados Unidos de Norteamérica para estudiar en la Universidad de Delaware situada en Newark, al norte del estado de Delaware, donde obtuvo el título de Licenciatura y Maestría en Química, igualmente en 1954, recibió de la Universidad de Tulane en Louisiana, un doctorado en Ciencias Químicas y trabajó como instructor asistente en Química Orgánica durante los años 1951 hasta 1954, fecha en la que le concedieron el Premio American Cyanamid Fellowship, por mérito a la Enseñanza.
Convit capacitó al personal para organizar un Servicio Nacional de Dermatología. Aunque creado principalmente para lepra, este servicio posteriormente fue utilizado para el estudio de otras enfermedades, como leishmaniasis y oncocercosis.
La Cátedra de Clínica Dermatológica que funcionaba en el Hospital Vargas fue trasladada al Hospital Clínico Universitario en la recién construida Ciudad Universitaria; Convit hace presión con el grupo de dermatólogos y junto a otro grupo de profesores del Hospital Vargas logró que se crearan dos Escuelas de Medicina, una, la escuela José María Vargas, hoy con sede propia en el Hospital Vargas de Caracas y la segunda, Escuela Luis Razetti en la Universidad Central de Venezuela. Este equipo se propuso estructurar un Servicio de Dermatología con una actividad importante en el campo asistencial, docente y de investigación científica. Se reestructuraron los laboratorios de Microbiología y Micología, y se crearon tres nuevos laboratorios: Bioquímica, Microbiología e Histología y Citoquímica. Para 1965, el Consejo Universitario de la Universidad Central de Venezuela, designó al Servicio de Dermatología como Centro de Investigaciones Dermatológicas y en 1967, fue creada la Cátedra de Clínica Dermatológica en la Escuela de Medicina José María Vargas.
Entre los años 1962 y 1967, el doctor Convit presentó en Londres, ante la Organización Mundial de la Salud (OMS), los resultados de su investigación sobre la lepra, consiguiendo que se estableciera un programa base de poliquimioterapia contra esta enfermedad en los países endémicos. Convit se encargó de la aplicación de un programa de pruebas de drogas en el tratamiento de algunas enfermedades parasitarias, dirigiendo el Centro de Cooperación para la Evaluación de Drogas de las Américas. Ayudó a redactar los Informes del Comité de Expertos entre 1962-1967 y 1972. La posterior integración de los programas de leishmaniasis, oncocercosis y micosis creó más interés por parte de los organismos internacionales por el trabajo que se estaba desarrollando en nuestro país. En 1965 su trabajo en el campo dermatológico fue reconocido por el Consejo de Dermatología de Estados Unidos.
En el Congreso Internacional de Lepra realizado en Londres en 1968, fue electo Presidente de la Asociación Internacional de Lepra (ILA), igualmente ese año fue nombrado Presidente de la International Journal of Leprosy Corporation
En 1971 Convit fue nombrado por la OMS Director del Centro Cooperativo para el estudio Histológico y Clasificación de la Lepra.
Para 1972, Convit fue copartícipe de la creación del Instituto Nacional de Dermatología (hoy, Instituto Nacional de Biomedicina) por parte del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS) y en común acuerdo con la Universidad Central de Venezuela. El Instituto reunió, el Departamento de Dermatología Sanitaria, la Cátedra de Clínica Dermatológica y el Servicio de Dermatología del Hospital Vargas.
En 1973, fue reelecto como Presidente de la ILA en el Congreso realizado en Bergen, Noruega.
Para 1973, Convit dirigió el Instituto Nacional de Dermatología el cual fue propuesto como Centro Panamericano para Investigación y Adiestramiento en Lepra y Enfermedades Tropicales por el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS) y en 1976, Centro Internacional de la OMS/OPS.
Durante los años 1974 y 1975, Convit fue designado Presidente del Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel”.
En 1984, el Instituto Nacional de Dermatología, dada la importante actividad científica que realizaba y docencia a nivel de pre y post-grado, fue transformado en el Instituto de Biomedicina dirigido por Convit. Finalmente, fue convertido en el Servicio Autónomo Instituto de Biomedicina, compartiendo alianzas con la Universidad Central de Venezuela.
El uso de la vacuna desarrollada por Convit contra la lepra, fue gradualmente reemplazada, progresivamente por un tratamiento de múltiples fármacos. Su uso en Venezuela a partir de 1982, permitió a Convit y su equipo de investigadores reducir la tasa de lepra en Venezuela dejando de ser un problema de Salud Pública. Sin embargo, el Mycobacterium leprae atenuado, añadido a la vacuna BCG no probó en ensayos clínicos posteriores realizados en varios países, ser más eficaz que la BCG por si sola. En un artículo aparecido en 1995 en el International Journal of Leprosy and other Mycobacterial Diseases, Convit afirmó “que se necesitaba una investigación más intensiva para obtener una vacuna preventiva, ya que sólo así se podría erradicar la enfermedad”.
Durante su carrera científica, Jacinto Convit, fue objeto de múltiples homenajes, premios y condecoraciones nacionales e internacionales, entre ellos tenemos: Premio Español, Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1987, así como también de su postulación en 1988 para el Premio Nobel de Medicina. Premio «Abraham Horwitz para la Salud Interamericana», OMS/OPS, por su destacada contribución a la mejora de la Salud en las Américas, el Premio «Alfred Soper», por su significativa contribución a la literatura sobre Salud, en América Latina y el Caribe, la Medalla «Salud para Todos en el Año 2.000», otorgada por la OMS/OPS. Premio «Héroe de la Salud Pública de las Américas», otorgado por la OPS/ OMS en el marco de su 100° aniversario, en el año 2002.
Igualmente, destaca el Reconocimiento «Caring Physicians of the World«, World Medical Association, conferido por la Federación Mundial de Médicos. Premio TWAS Medical Sciences 2006, concedido por la Academia de Ciencias para el Mundo en Desarrollo, en Trieste, Italia. Premio «México de Ciencia y Tecnología», otorgado por el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, en su primera edición, por su contribución al conocimiento científico universal, Premio «Laudatio Académica», otorgado por la Academia de Ciencias de la República Dominicana. Medalla «Armand Frappier», concedida por el Instituto Armand Frappier, Canadá, 1979. Medalha Cultural Gaspar Vianna, instituida en 1961 para celebrar 50 años del descubrimiento de los antimoniales como cura de la Leishmaniasis, conferida por el Ministerio de Salud del Brasil, Sao Paulo, 1962. Medalha de Dermeil da Ordem de Damiao, o Apóstolo dos Leprosos, otorgada por la Asociación Brasilera del Amparo de los Leprosos 1958.
Merecen ser destacadas la Soberana Orden de Malta, Grado “Cabaliere di Grazia Magistrale” y el grado de «Oficial en la Orden Nacional de la Legión de Honor» de Francia. Condecoración «Federico Hands», concedida por el Consejo de Gobernadores de la Asociación Internacional de Clubes de Leones del Distrito Múltiple E., en el año 2011 y la Distinción «Donante Mayor» (distinción máxima) del Rotary Internacional, reconocimiento de la Fundación Rotaria del Caribe y de Venezuela (Distritos 4370 y 4380), como Servidor Público, en el año 2010. Fue seleccionado para dejar un mensaje a los jóvenes, en el “libro del Milenio”, que recoge opiniones y reflexiones de las personalidades eminentes del mundo de la ciencia, la cultura, el arte, la política y la religión, que han vivido la transición del siglo XX al siglo XXI, actividad organizada por el grupo de internacionalistas de Venezuela, de la Asociación Civil INUSEV, la Fundación Salón 101 y la Embajada de Polonia, en el año 2010.
El doctor Convit recibió reconocimientos por parte de Venezuela entre ellos: Premio «José Gregorio Hernández» otorgado en 1955, por la Academia Nacional de Medicina, por el trabajo «Tratamiento de la lepra» premio que repite en 1980, por el trabajo «Desarrollo de una vacuna contra la lepra«; Premio Nacional de Investigaciones «José María Vargas», por el trabajo «Leishmaniasis Tegumentaria Difusa«, otorgado por el Ministerio de Educación, en 1960; Premio “Martín Vegas”, otorgado por la Sociedad Venezolana de Dermatología, Venereología y Leprología, en el mismo año; Premio “Nacional de Ciencia”, otorgado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT), 1980; Premio “Luis Daniel Beauperthuy”, otorgado por la Sociedad Venezolana de Microbiología, 1980; Fue reconocido como “Individuo de Número” (Sillón No. XXXI) de la Academia Nacional de Medicina, en el año 1980 y se incorporó en 1990; Doctorados Honoris causa le han sido conferidos por la Universidad Santa María, 1981; Universidad Experimental Francisco de Miranda, 1982; Universidad Nacional Abierta, 1982. Universidad de Los Andes, 1986. Universidad Centro-Occidental «Lisandro Alvarado», 1992., Universidad Bicentenaria de Aragua, 1993; Universidad de Yacambú, 2011; Universidad Arturo Michelena, 2012; Universidad Nororiental Privada «Gran Mariscal de Ayacucho», 2012; Universidad Nacional Experimental del Táchira, 2013.
Recibió la Orden “José María Vargas” I Clase (Corbata), y la Orden «27 de Junio», otorgadas por la Universidad Central de Venezuela en 1976; Orden “Alejo Zuloaga”, I Clase, Universidad de Carabobo, 1992; Mención Honorífica del Premio a la Investigación Científica Básica «Dr. José María Vargas», de la Facultad de Medicina, UCV, en 2005; Premio «Simón Bolívar», otorgado por la Universidad Simón Bolívar, Caracas, Diciembre 2007; Reconocimiento de la “Asociación Para el Progreso de la Investigación Universitaria” de la UCV, en el marco de la entrega del premio «Francisco de Venanzi» en Julio 2011; En el 2013: Reconocimiento de la Asociación Venezolana de Psicología Positiva, Reconocimiento del Grupo de Actualización en Terapia Dermatológica, Reconocimiento del Colegio Ibero Latinoamericano de Dermatología.
Le fueron concedidas por el sector oficial: Orden del “Libertador” en el grado de Comendador, abril, 1961; Orden “Andrés Bello” II Clase (Corbata), conferida por el Presidente de la República de Venezuela, 1966; Orden “Andrés Bello” I Grado, otorgada por la Presidencia de la República, 1976; la Orden “Francisco de Miranda” I Clase, 1980; Orden “Dr. Enrique Tejera”, otorgado por el Ministerio de S.A.S., 1980; Orden al “Mérito en el Trabajo”, I. Clase; la Orden del “Libertador”, grado de «Gran Cordón», otorgado por el Ministerio de Relaciones Interiores, Caracas, 1993; el Galardón «Mensajero por la Paz”, otorgado por el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), Caracas, 1999. En el 2013, recibió reconocimientos del Ministerio del Poder Popular para la Salud, la Asamblea Nacional y la Federación Venezolana de Maestros. El 14 de mayo de 2014, por Decreto Presidencial número 968, publicado en Gaceta Oficial número 40.411, se le confiere la “Orden Libertadores de Venezuela” post-mortem, en su primera clase.
El doctor Convit recibió muchos homenajes por parte de estudiantes de educación media al haberlo designado padrino de sus promociones, igualmente varias promociones de médicos de las diferentes universidades del país llevan su nombre.
El doctor Jacinto Convit García murió el 12 de Mayo de 2014, a solo 4 meses de cumplir los 101 años. Fue un verdadero científico, como venezolano me siento orgulloso de haberlo conocido y trabajado en el Instituto de Biomedicina. Los esfuerzos realizados por este gran hombre de ciencias, en el caso de las enfermedades infecciosas y parasitarias, contribuyeron a importantes avances: en Lepra, Leishmaniasis, Oncocercosis, y algunas Micosis. Nos llena de orgullo saber que nació en nuestro país y fue un investigador de la ilustre Universidad Central de Venezuela, será siempre ejemplo para muchas generaciones. Sin lugar a dudas, dejó bien en alto a la Microbiología en nuestro país, hombre fuera de serie, de una gran sencillez y humildad, trabajó casi toda su vida en investigación, su último trabajo de investigación lo publicó en 2013 a la edad de 100 años, fue infatigable, ha sido inspiración para muchos científicos de Venezuela y el mundo entero. Debemos honrar su vida dedicada a trabajar incansablemente por la salud de los venezolanos y los seres humanos de todo el mundo.
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- http://jacintoconvit.blogspot.com/2008/05/jacinto-convit.html
- biomedicina.org.ve/portal/el-instituto.html
- Fotografía tomada de: http://testimoniosconvit.blogspot.com/2010/08/este-viejito-de-96-anos-le-sigue.html
Biografía elaborada por
Axel Rodolfo Santiago Stürup