A orillas del lago de Balaton, sobre el canal que une este bello lago de la Hungría Central con el no menos hermoso y encantador Río Danubio, en la población de Siofok el 1 de octubre de 1909 nace Ladislao Pollak. Ladislao da sus primeros pasos en el hermoso paisaje de la campiña magiar. En este mismo ambiente aprende a leer y a escribir, alternando su aprendizaje con la contemplación de la naturaleza que lo rodea y que tendrá tanta significación en su vida futura.
Cuando decide iniciar sus estudios de Medicina, el imán de la Austria bucólica de entonces lo lleva a inscribirse en la Universidad de Viena. Allí hubiera deseado culminar sus estudios médicos, pero gruesos nubarrones de antisemitismo comenzaban a soplar de la vecina Alemania. Hostigado, se traslada a la Universidad de Bari, al sur de la bella península itálica. Se gradúa, primero, de doctor en Ciencias Médicas en 1934 y de Médico Cirujano en 1935 en la Universidad de Bologna, a donde hubo de trasladarse para rendir el examen de Estado. En 1939 culmina su postgrado en Microbiología, realizado en el Instituto de Higiene, Cátedra de Microbiología de la Universidad de Roma. Italia también es presa del Nacional-Socialismo, y al ver que su integridad física peligra, este hombre que soñaba con su terruño húngaro, se ve en la necesidad de alejarse de él. A través de la Santa Sede, por intermedio del mismo Cardenal Secretario de Estado, se le otorga visa para Venezuela, porque: «uomini buoni come lei, anche se hebreo, vanno in cielo«, como le dijo el prelado a nuestro peregrino.
El 6 de mayo de 1940 declarada ya la guerra, llega a costa venezolana con cien dólares en el bolsillo, la nostalgia de su lejana Hungría y la ilusión de encontrar una tierra generosa. En octubre del mismo año comenzó a trabajar en el Sanatorio Antituberculoso Simón Bolívar, en la Sección de Laboratorio Clínico. Este primer trabajo significó para el Dr. Pollak un sin número de satisfacciones, a saber: los cien dólares se habían agotado, se relacionó con venezolanos ilustres y pudo demostrar su valía que prontamente le fue reconocida.
En 1945 contrae matrimonio con la señorita Elisa Sapene, bella dama de nuestra sociedad, que se engalanaba con finos modales y exquisita simpatía que había heredado de sus ancestros franceses. En 1948 ya es médico venezolano al cumplir con los requisitos exigidos por la reválida. Un año antes había nacido quien habría de ser su único hijo, Carlos Pollak, arquitecto y destacado profesor de la Universidad Simón Bolivar.
Cuando se crea el Instituto Nacional de Tuberculosis es designado Jefe de la Sección de Bacteriología cargo que ejerció con diligencia, perseverancia y responsabilidad hasta el momento de su jubilación. El Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS) reconoció en 1984 el esfuerzo realizado con tanta mística y resolvió dar el nombre de «Ladislao Pollak» a los laboratorios de dicha Sección de Bacteriología y que fueron testigos mudos de tanta abnegación. En 1950 fue becado por la Oficina Sanitaria Panamericana para realizar estudios en centros de Micología y Bacteriología de EEUU, Francia y Dinamarca. A su regreso, la Organización Mundial de la Salud designa como centro de referencia para la Bacteriología de la Tuberculosis para toda América Latina, al Laboratorio del Dr. Pollak. A partir de ese momento y por nueve años, se impartieron cursos anuales de Bacteriología de la Tuberculosis con carácter internacional, patrocionados por la OPS y el MSAS.
El reconocimiento a la labor desarrollada por el Dr. Pollak alcanza niveles internacionales y al efecto fue designado miembro del Comité de Enseñanza de la Bacteriología con sede en Washington y miembro presidente del comité para la preparación de un manual de Bacteriología de la Tuberculosis, con sede también en Washington. En 1953, junto al Dr. Enrique Tejera y otros catorce microbiólogos, funda la Sociedad Venezolana de Microbiología la cual presidió en varias oportunidades. En 1958 fue profesor de Microbiología de los cursos de postgrado de Anatomía Patológica en la UCV.
En 1963 fue cofundador de la Cátedra de Microbiología de la Escuela de Medicina JM Vargas. Allí llega a ser profesor titular. En 1968 fue designado jefe de la Cátedra de Microbiología, cargo que ocupó hasta su jubilación de la Universidad. En 1974 fue designado jefe del Departamento de Medicina Preventina y Social de la misma Escuela. El Dr. Pollak, como investigador, hizo valiosos aportes a la Micología y a la Micobacteriología. De alguna manera, Venezuela está en deuda con él. El Dr. Pollak perteneció a numerosas sociedades científicas. Sus trabajos, publicaciones y presentaciones en congresos y otros eventos científicos son muy numerosos. Fue condecorado con la Medalla de Oro de la Sociedad Venezolana de Tisiología, Orden «José María Vargas» y Medalla de Salud «José Ignacio Baldó» del MSAS. Pero, por sobre todo, hay que considerar en el Dr. Pollak su calidad humana, ya que quienes hemos tenido la suerte de estar bajo su tutela, reconocemos que este hombre, que vino de ultramar, fue norte que orienta, palanca que mueve y manantial que vitaliza. Su muerte ocurrida el 1 de agosto de 1990 dejó un vacío irreparable. Que Dios lo tenga en su Gloria.
Biografía elaborada por
Albo Saturno