Ilustre venezolano nació el 12 de enero de 1912, en un hogar situado en Coro, estado Falcón, fruto de la unión de sus padres don Segundo Medina Pettit y doña Felicia Ramones de Medina, de cuyo matrimonio también nacieron sus hermanos Domingo, el mayor (quien en un futuro también estudiaría medicina, especializándose en gineco-obstetricia) y el menor Andrés (fallecido). Siempre bajo la estricta supervisión paterna, cursó estudios primarios en Coro, en la escuela que dirigía la maestra Josefa Victoriana Riera y en el Colegio Luis Espelozín. Los dos primeros años secundarios los hizo en el Colegio Federal Falcón, para luego, por empeño de don Segundo, terminar tercer y cuarto año en el prestigioso Liceo San José de Los Teques, dirigido por el Dr. José Arocha.
Rafael fue un muchacho despierto, con una gran habilidad para el aprendizaje, siempre con ideas de superación, además de ser ferviente orgulloso de su tierra natal. Desde temprana edad demostró cierta afición por la música, la cual venía como herencia paterna, logrando el dominio de varios instrumentos como el piano, y la guitarra, aunque siempre sus predilectos fueron el cuatro y el bandolín. Virtud afín con su hermano Domingo, circunstancia ésta que aprovecharon en el transcurso de sus vidas para convertirse en gran dueto de serenatas y conciertos, logrando acumular grandes cantidades de suspiros de corazones femeninos.
Luego de recibir su título de Bachiller en Filosofía y Letras en el Liceo San José de los Teques, se doctoró en Ciencias Médicas en la Universidad Central de Venezuela el 29 de septiembre de 1938, presentando su tesis doctoral: «Afecciones epidérmicas del estreptococo«. Ya desde ese momento comienza a forjar su experiencia al ser nombrado médico jefe de la comisión contra la buba en el estado Yaracuy (1938-1941), para luego ser médico jefe de la Comisión Occidental contra la buba, en los estados Yaracuy y Trujillo (1941-1943), siendo esta una de las campañas sanitarias más exitosas del país, al lograr la erradicación de dicha enfermedad. Habiendo recorrido a caballo, durante la campaña, los hermosos paisajes yaracuyanos, donde contrae nupcias con Amparo Ghersi, decide permanecer allí por un tiempo fijando su residencia en San Felipe, donde además es miembro fundador del Colegio de Médicos del estado Yaracuy y luego presidente del mismo (1942-1944). Como despedida del estado se desempeña como director del Hospital Rodríguez Rivero en los años 1944 y 1945. Posteriormente decide mudarse a la capital, donde se inicia su larga carrera en la docencia médica, al ingresar como preparador de la Cátedra de Medicina Tropical, de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (1946). Al mismo tiempo es el encargado de la docencia dermatológica y sifilográfica en la Cátedra de Dermatología de la misma Facultad. Continua así su carrera docente hasta alcanzar el escalafón de profesor titular de las cátedras de Medicina Tropical y Dermatología en el año 1949, hasta su jubilación en el año 1978.
Conjuntamente trabaja para el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, inicialmente como adjunto de la Dirección de Venereología (1946-1948). En el año 1949 funda el Instituto Nacional de Venereología, ocupando el cargo de médico jefe del Departamento de Investigaciones del Instituto Nacional de Venereología, (1949-1958). A partir del año 1958 se desempeña como director del Instituto Nacional de Venereología. Ya establecido en Caracas contrae segundas nupcias con mi persona, quien se vuelve fiel colaboradora de sus trabajos. Todas estas actividades laborales le estimularon y permitieron desarrollar lo que siempre fue su gran pasión «la investigación». Al ejercicio de ésta es que dedica su mayor atención, logrando significativos avances en el estudio de diferentes treponematosis y de la leishmaniasis tegumentaria, los cuales se cristalizaron en importantes descubrimientos que le acreditaron muchas distinciones, siendo las más importantes: Premio Nacional de Medicina «Luis Daniel Beauperthuy» (1953) por sus trabajos: «Reacciones producidas en enfermos de buba, pinta y sífilis, por Treponema pertenue. Su posible aplicación al diagnóstico de estas treponematosis«; Premio Nacional de Dermatología «Martín Vegas» (1957) por su trabajo: «Estudio de la leishmaniasis tegumentaria en Venezuela«. Nombrado miembro del Comité de Expertos en Enfermedades Venéreas y Treponematosis de la OMS desde el año 1953.
Perteneció a las siguientes sociedades médicas: Sociedad Sueca de Venereología, Sociedad Colombiana de Dermatología, Sociedad Mexicana de Dermatología, Sociedad Internacional de Dermatología Tropical y Sociedad Argentina de Dermatología. Fue secretario y luego presidente de la Sociedad Venezolana de Dermatología (1947,1952,1954,1962) y director de la revista Dermatología Venezolana, órgano de la Sociedad Venezolana de Dermatología, desde 1966 hasta 1983. Fue miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Microbiología (1953) e Individuo de Número, ocupando el Sillón XXVI, de la Academia Nacional de Medicina.
Pero quizás el aspecto más resaltante en la personalidad de este ilustre coriano es que, a pesar de todos estos logros y distinciones obtenidos en el transcurrir de su vida, nunca se dejó influenciar por ellas, conservando su sencillez y calor humano que lo han caracterizado, el mismo que se refleja en el simple acto de que apenas llegaba a su hogar, conformado por su esposa y cinco hijos, se despojaba de traje y corbata, para tomar en mano su cuatro, instrumento maravilloso con el cual siempre deleitaba a familiares y amigos, o también sumergirse en su otra pasión: sembrar y regar su jardín. Alonso, el mayor de sus hijos es economista, Rosario se gradúa de abogada, Horacio es ingeniero civil, Fernando y Gabriel heredan el amor por la medicina y son psiquiatra y cirujano plástico respectivamente. Si y es que realmente a lo largo de su vida sólo ha sembrado en todos los campos salud, amor, moral y luces. Falleció el ocho de enero de 2007, a los 94 años.
Biografía elaborada por
Dilia Silva Este