Si existe algo que define a Axel Rodolfo Santiago Stürup, es su vocación por la ciencia y la constancia que por la misma surge desde niño como una pasión, cuando reclamaba entre sus juguetes un microscopio, mención que se escucha siempre en sus conversaciones con sus amistades.
Nació el 22 de enero del año 1950 en Caracas, hijo de Rodolfo Hernán Santiago Guerrero y de Julia Elena Stürup Brandt, quienes ya para esa época se destacaban en el campo del excursionismo, formando parte y liderizando el grupo de andinistas que llevaron el 19 de abril de 1951, el busto del Libertador Simón Bolívar a la cumbre más alta de la cordillera de los Andes venezolanos. Su madre fue la primera persona en coronar las cinco Águilas Blancas venezolanas. Fue el primero de cuatro hermanos. De su primer matrimonio nacen cuatro hijos: Rodolfo José, Francisco José, Juan Guillermo y Ana Corina y hasta el presente tiene cuatro encantadores nietos.
Sus estudios de primaria y secundaria los realiza en el Colegio San Agustín de El Paraíso en Caracas con profesores excepcionales, entre ellos el padre Paulino Rodríguez quien lo encamina en el mundo de la ciencia, principalmente la Biología y ramas afines. Recibe del Doctor Rafael Teodoro Hernández Arriens padre de Rafael Hernández Tovar, compañero y amigo de bachillerato, la primera edición de Cazadores de Microbios escrita por Paul de Kruif, libro que lo entusiasmó y continuó encaminándolo, aún más, en el mundo de la investigación.
Apenas culminados sus estudios de bachillerato en 1967 ingresa en la Escuela de Bioanálisis, Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en espera de un cupo para continuar con medicina en la misma Universidad. Apasionado por la investigación científica, descubrió que más que la medicina lo que lo motivaba era el trabajo en el laboratorio cambiando definitivamente su rama de estudio. Durante sus primeros años de carrera, recibió de sus profesores excelentes enseñanzas académicas, principios éticos y profesionales muy especialmente de Luis y Lasy Ibarra.
Comienza su formación en el campo de la Micología desde el segundo año de estudio en el Laboratorio de Micología de la Escuela de Bioanálisis de la UCV, bajo la tutela del profesor Lorenzo de Montemayor, quien fuera su mentor por muchos años y con quien entabló fuertes lazos de amistad.
Inspirado en los movimientos estudiantiles europeos que luchaban por un restablecimiento de las condiciones de estudio y la búsqueda de una justicia idealista compartió con sus compañeros de estudio Aurelio Tosta, Negar Granado, Carlos Santa Cruz y Ruth Cohn, momentos de lucha y solidaridad.
En 1972 obtiene el título de Licenciado en Bioanálisis. Desde ese mismo año hasta 1974, emprende sus estudios postgrado en esta ocasión en el Departamento de Laboratorios del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social en Caracas junto al profesor Jovan Gutic Drasko, uno de los pioneros de la técnica de inmunofluorescencia en América Latina, logrando importantes conocimientos en la aplicación de esta metodología en el diagnóstico microbiológico.
Leal a su convicción se encamina definitivamente al mundo de la Micología, culminando su primer postgrado en Micología Médica, en la Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia, bajo la dirección de la Doctora Ángela Restrepo, una de los micólogos más importantes de Latinoamérica y formadora de muchas generaciones de micólogos en el mundo. A su regreso a Caracas con nuevos conocimientos empieza a aplicarlos trabajando con Lorenzo de Montemayor en el Laboratorio de Micología de la Universidad Simón Bolívar de Caracas, donde realizó diferentes investigaciones en muestras de suelo de las islas venezolanas y en las que identificaron una nueva especie del género Aspergillus, descrito como A. insulicola. Al mismo tiempo trabajó en el Departamento de Micología del Instituto Nacional de Higiene «Rafael Rangel». En este mismo Instituto, fortaleció sus conocimientos en las diferentes áreas de la Microbiología, estudió Bacteriología con la Licenciada María Gómez Coello en el Laboratorio de Bacteriología del mismo instituto.
En el año 1976, Lorenzo de Montemayor lo envía como asistente becario al Laboratorio de Micología del Instituto Nacional de Dermatología del Hospital Vargas de Caracas, actual Instituto de Biomedicina, dirigido por el ilustre científico venezolano Dr. Jacinto Convit, allí comenzó sus estudios en Inmunología de las Micosis, con la Doctora María Cecilia de Albornoz y el doctor Luis Yarzábal, realizando varias actividades de investigación en los diferentes aspectos de la Inmunología Fundamental en Parásitos y Hongos y publicándolos conjuntamente con Hilda Romero, Nacarid Alfonso y Mirtha Arango, colegas, con las que continua con excelentes relaciones de amistad.
En 1977 la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, le concedió una beca de estudios con la que se trasladó al Centro de Inmunología y Biología Parasitaria del Instituto Pasteur de Lille en Francia bajo la dirección del doctor André Capron. En un principio realizó estudios superiores en Inmunología General en Biología Humana en la Universidad de Ciencias y Técnicas de Lille. Conjuntamente trabajó como asistente becario en el Laboratorio de Protozoología en el mismo centro, oportunidad que le permitió profundizar sus conocimientos en parasitología y micología. Al siguiente año obtuvo el diploma de Estudios en Profundidad en la Universidad de Ciencias y Técnicas de Lille y culmina su doctorado en Biología de la Reproducción y Desarrollo, con un denso trabajo sobre el “Análisis Antigénico de los Estadios Parasitarios, Epimastigotes, Amastigotes, Trypomastigotes del Trypanosoma cruzi”. Este trabajo se publicó en la Revista «Anales de la Sociedad Belga de Medicina Tropical».
De regreso a Caracas, en 1981, listo para compartir todos los conocimientos adquiridos, se incorporó al Instituto Nacional de Higiene «Rafael Rangel», esta vez al Laboratorio de Inmunoquímica del Departamento de Virología. Paralelamente trabajó en el Laboratorio de Emergencia y en el Laboratorio de Micología del Departamento de Bioanálisis del Hospital Universitario de Caracas.
En acatamiento de los requisitos establecidos por la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho para los becarios de estudios doctorales en el extranjero, se dirigió a dicha Fundación y ofreció formalmente sus servicios profesionales de acuerdo con las condiciones de esa beca. Lamentablemente no existía ningún cargo con las características de la especialidad que él ofrecía y por este motivo se le deja libre para escoger su lugar de trabajo.
El doctor Tulio Arends, rector de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM), recientemente fundada en la ciudad de Coro estado Falcón para el año 1982, a petición de los doctores Francisco Yegres y Nicole Richard de Yegres, le invitó a incorporarse al Laboratorio de Micología de esa casa de estudio, invitación que rechazó para formar parte del proyecto de un grupo de investigadores con los Doctores Luis Yarzábal, Carlos Boto, Mirtha Arango, entre otros, que se proponían trabajar sobre la oncocercosis en indígenas de la etnia Yanomami en el estado Amazonas y comparte la fundación del Centro Amazónico de Investigación y Control de Enfermedades Tropicales (CAICET), en Puerto Ayacucho ese mismo año prestando sus servicios por un tiempo de dos años.
Cumplido su compromiso con el CAICET, en 1984 retorna a Caracas, siendo designado como Microbiólogo Jefe del Laboratorio de Micología en el Departamento de Bioanálisis del Hospital Universitario de Caracas, en remplazo de su gran amigo y maestro Lorenzo de Montemayor, en este laboratorio donde además del campo asistencial, trabaja en la formación de nuevas generaciones de investigadores médicos y bioanalistas en Micología Médica realizó una serie de trabajos de investigación siendo tutor de numerosas tesis que presentan nuevos aportes al estudio de las micosis en Venezuela.
En 1985, fundó el Laboratorio Clínico Microbiológico Loyola, una institución privada formada por especialistas de las diversas áreas del Bioanálisis, de referencia nacional e internacional. Ese mismo año fue miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Bioanalistas Especialistas en la que ha sido presidente y vicepresidente en varios períodos. Desde el año 1987 es miembro titular de la Sociedad Venezolana de Microbiología, formando parte por varios periodos de su directiva nacional. Se integró en el comité de redacción de la revista Acta Científica de la Sociedad Venezolana de Bioanalistas Especialistas y de la Revista de la Sociedad Venezolana de Microbiología, en la que colaboró escribiendo en la sección «Genios de la Microbiología», biografías de importantes investigadores científicos que han dejado un legado en el área de la Microbiología.
A manera de contribuir en la conmemoración del centenario del fallecimiento de Luis Pasteur en 1995, consiguió del Museo del Instituto Pasteur de Paris, el permiso para la fabricación de una copia fiel del busto de Pasteur que se encuentra en el Instituto Pasteur de París, Francia. Luego de los actos conmemoratorios, esa copia fue colocada por la Sociedad Venezolana de Microbiología, en el patio frontal de la Biblioteca de la Escuela de Medicina José María Vargas, en Caracas. Durante esta conmemoración fue invitado por diferentes instituciones y sociedades científicas de distintas ciudades del país a participar en el ciclo de conferencias sobre la vida y obra de Louis Pasteur. Le fue concedida por el gobierno francés, una medalla conmemorativa de la comisión organizadora del Centenario del Fallecimiento de Louis Pasteur.
En 1996 viajó a la ciudad de la Habana, Cuba, invitado como conferencista al Simposio Micosis y SIDA en el marco del II Congreso Latinoamericano de Micología, en el que propone a Venezuela como sede para la realización del III Congreso, en el año 1999, en ese mismo momento fue nombrado secretario de la directiva de la Asociación Venezolana de Micología.
En su afán por divulgar los conocimientos científicos y crear conciencia en los profesionales venezolanos del área de la salud, ha ofrecido numerosas conferencias de bioseguridad, sobre accidentes de trabajo en ese medio. Ha hecho grandes aportes en el estudio de las micosis en pacientes con HIV-SIDA, siendo el primero en Venezuela en identificar Paracoccidioides brasiliensis en estos pacientes en el año 1995. Siguió aportando valiosos conocimientos sobre hongos productores de micosis profunda en pacientes inmunosuprimidos en años posteriores.
Su investigación científica es continua y vigente, esto le ha permitido publicar sus resultados en numerosas revistas y eventos científicos nacionales e internacionales. Ha sido expositor de más de un centenar de conferencias sobre temas de Micología Médica y otros temas afines. También ha sido coordinador de varios cursos de actualización en Micología y ha participado en numerosos eventos científicos nacionales e internacionales. Es frecuentemente invitado como expositor en temas micológicos por diferentes Instituciones y universidades nacionales, de América Latina y Europa.
Logró enaltecer la memoria de su maestro Lorenzo de Montemayor adjudicándole su nombre al laboratorio del que fuere su fundador. Fue jubilado en el año 2010, del Laboratorio de Micología “Lorenzo de Montemayor” del Departamento de Bioanálisis del Hospital Universitario donde con diligencia, perseverancia y responsabilidad pasó más de treinta años trabajando en beneficio de la salud de sus pacientes y como forjador de juventudes y de científicos para el futuro de la Micología de Venezuela.
En la actualidad, ha sido invitado por la Dra. Elci Villegas a forma parte del grupo de profesores e investigadores del Instituto Experimental “José Witremundo Torrealba”, del Núcleo Universitario “Rafael Rangel” de la Universidad de los Andes en el Estado Trujillo.
Con su labor docente y de investigación ha logrado alcanzar una respetada posición profesional integral en nuestro país y fuera de nuestras fronteras y es ejemplo para estas y futuras generaciones. La autora de estas notas biográficas está casada en segundas nupcias con Axel Rodolfo Santiago Stürup, he sido testigo de sus extraordinarias condiciones humanas y profesionales; por estas y muchas otras razones, pido a Dios que continúe iluminando su camino y el de nuestros hijos Axel Fernando y David Alejandro para que siga encontrando la verdad más allá de los laboratorios, más allá de la periferia a la que pertenece en el mundo científico… más allá, más allá.
Biografía elaborada por
Rosa Pabón de Santiago