Eugenia Josefina Bellorín nació el 17 de diciembre de 1950 en El Tigre, estado Anzoátegui. Hija de José Bellorín y Josefa Rojas y la menor de 5 hermanos que conformaban un hogar humilde con muchas limitaciones. Realiza sus estudios de primaria y secundaria en su ciudad natal. Para esa época no existían instituciones universitarias en su pueblo, razón por la cual, después de vencer muchas dificultades y, con la ayuda de sus familiares, viaja a Caracas e ingresa a la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, en la Escuela de Bioanálisis. Allí tiene la oportunidad de conocer personas que le brindan su ayuda y amistad, entre las que se encuentran María Cotugno, Nancy Blanco, Berta María y cuenta además con el apoyo constante de su hermana Aura.
Se gradúa en 1975 como Licenciada en Bioanálisis e inicia su carrera asistencial como suplente en varios hospitales de Caracas como el Hospital Miguel Pérez Carreño, Cruz Roja Venezolana, Centro Médico Jesús Yerena y el Instituto Oncológico Luis Razetti. En 1977 obtiene el cargo como bioanalista en el Instituto Oncológico Luis Razetti (IOLR), desempeñándose en las diferentes áreas diagnósticas del laboratorio. Paralelamente, inicia su actividad profesional en el área de investigación de micobacterias en el Hospital Vargas de Caracas, asesorada por el Lic. Isidro González, quien se convierte en su gran amigo y compañero de trabajo en los años posteriores.
Quien elabora estas notas, jefe de la Unidad de Microbiología y Enfermedades Infecciosas del Hospital Vargas para ese momento, la seleccioné para que recibiera un entrenamiento en las diferentes metodologías de diagnóstico bacteriológico de micobacterias en el Departamento de Tuberculosis del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS). En esta área se ha desempeñado durante los últimos 25 años. Seguidamente, la Lic. Cristina Baldoni, Jefe del Servicio de Laboratorio del IOLR, le gestiona un entrenamiento por 6 meses en Metodología del Diagnóstico Bacteriológico en la Unidad Sectorial de Sanidad, Laboratorio de Referencia del MSAS. Posteriormente pasa a trabajar en la Sección de Bacteriología del laboratorio del IOLR. Eugenia considera que estos tres profesionales la encaminaron en el área de la Microbiología.
Ese mismo año, contrae matrimonio con el Sr. Oscar González, de cuya unión tiene dos hijos, Pedro y Eucaris, abogado y contadora respectivamente. En su interés por su mejoramiento profesional asiste a diversos cursos de técnicas microbiológicas, adquiriendo destrezas adicionales en diagnóstico y tratamiento de tuberculosis, diagnóstico de Vibrio cholerae, micoplasmas y clamidias, biología molecular en el diagnóstico microbiológico (reacción en cadena de la polimerasa para micobacterias) y estandarización de técnicas de laboratorio para el monitoreo de la resistencia a los antibióticos, entre otros.
Junto a Luis Hernán Graffe, Ana Brito, Isidro González y mi persona, se ha dedicado a la investigación de los problemas de infertilidad de origen infeccioso así como de la uretritis gonocóccica y no gonocóccica, prostatitis y vaginosis. Fruto de esta investigación, se derivaron una gran cantidad de trabajos que contribuyeron al conocimiento de esta problemática, entre los que se destacan: “Uretritis gonocóccica y uretrítis no gonocóccica en el área Metropolitana de Caracas”, “Aspectos microbiológicos de la prostatitis crónica”, “Aislamiento de Mobiluncus mulieris en un caso de osteomielitis”, “Vaginosis y aislamiento de Corinebacterium JK en intestinos de ancianas” y “Microorganismos identificados en parejas infértiles”.
En 1987, participo en la creación del Curso de Ampliación en Bacteriología Clínica, destinado a los licenciados en Bioanálisis, bajo mi dirección y la coordinación de Isidro González, que funciona en la Unidad de Microbiología y Enfermedades Infecciosas del Hospital Vargas de Caracas, desempeñándose como docente. Además, fue docente del Curso de Preparación de Medios de Cultivo, para técnicos y auxiliares de laboratorio, que está adscrito a la misma unidad.
Motivada por estos destacados profesionales, inicia sus estudios sobre la espiritualidad y se nutre con sus conocimientos filosóficos. Recuerda con mucha frecuencia sus charlas sobre “Desarrollo Integral Humano”, que marca un cambio relevante en su concepción de vida, sus creencias y la inspira en la búsqueda de nuevos conocimientos. Asiste a cursos de distintas tendencias, para dedicarse al estudio de la energía universal como complemento a sus actividades científicas. Realizó estudios microbiológicos en infecciones vaginales, siguiendo la línea de investigación de la vaginosis bacteriana y citolítica, con la Dra. Vera Reviákina y la Lic. Mercedes Panizo en el Hospital Vargas. Junto a estas dos profesionales y motivada por la elevada frecuencia de infecciones micóticas en los pacientes oncológicos, desarrollan varias líneas de investigación en esta área, dedicándose especialmente a la sensibilidad a las drogas antifúngicas.
Ha sido tutora de varias tesis de grado para optar a la Licenciatura en Bioanálisis y ha recibido reconocimientos tales como el Diploma de Honor del Colegio de Bioanalistas del Distrito Federal y estado Miranda, por su colaboración en el mejoramiento de los profesionales del Bioanálisis así como un diploma como docente del Curso de Ampliación en Bacteriología.
Es miembro activo de la Sociedad Venezolana de Microbiología y de la Sociedad Venezolana de Bioanalistas Especialistas. Gracias a sus amplios conocimientos en el área de bacteriología, ha sido invitada como conferencista a múltiples eventos científicos como congresos, jornadas y cursos relacionados con sus áreas de trabajo. En diciembre de 1999, prácticamente desaparece el laboratorio y las áreas adyacentes del Instituto Oncológico Luis Razetti, debido a las inundaciones y deslizamientos de tierra que se produjeron ese año, provocados por torrenciales aguaceros. Durante los 6 meses siguientes a la tragedia, Eugenia colaboró con la recuperación de equipos, reactivos y materiales de laboratorio que se encontraban bajo capas de lodo y participa activamente en el diseño de lo que será el nuevo laboratorio de la sección de bacteriología de este hospital en el cual espera volver a trabajar. Mientras tanto se desempeñó en el laboratorio de rutina.
Sus amigos cercanos la describen como una persona de gran calidad humana, siempre dispuesta a ayudar a los demás, muy ecuánime, paciente, con profundos conocimientos de la esencia humana. Perseverante en su trabajo diario, aún mantiene la sed de adquirir nuevos conocimientos y compartirlos con la generación de relevo, por la que siempre ha mostrado una gran preocupación. Es una excelente amiga y compañera de trabajo. Por todas estas cualidades, se ha ganado el respeto y cariño de sus compañeros y amigos.
Biografía elaborada por
Oswaldo Carmona