José Antonio Suárez

José Antonio Suárez Sancho, amigablemente llamado «Tony», nació en la ciudad de La Habana, Cuba, el día 12 de mayo de 1955. Hijo de José Antonio Suárez de La Fuente quien es abogado y Encarnación Sancho Alabert, psicopedagoga. Tiene una sola hermana, Ileana Suárez Sancho, graduada en Bioquímica. Es padre de cuatro hijos, Dolita, José Antonio, Desireé Carolina y Diana Carolina. Quien escribe estas notas biográficas es su esposa la Dra. Laura Naranjo y soy infectóloga pediatra, quien ha sido su compañera en el hogar y en el trabajo.

Los estudios de José Antonio comenzaron en el Colegio Aurelio Baldor de La Habana, donde cursó kinder y preparatorio, dejando su tierra natal y residenciándose en Caracas, Venezuela. Es en esta ciudad donde comienza sus estudios de primaria y bachillerato en el Colegio San Ignacio de Loyola, culminándolos en 1973, obteniendo su título de Bachiller en Ciencias, y fue categoría Senior de su promoción. Desde siempre quiso estudiar algo relacionado a la naturaleza, estando en su mente las carreras de veterinaria, biología y medicina, la cual finalmente es a la que opta en 1974; ingresa a la Escuela Luis Razetti de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV), graduándose de Médico Cirujano en 1981.

Durante sus estudios de medicina, conoce al Dr. Rafael Orihuela, médico tropicalista, quien fue su padrino de promoción y pilar fundamental en su formación, lo que posteriormente lo llevaría a trabajar en el área de enfermedades infecciosas y Medicina Tropical. Realiza la pasantía de Medicina Rural en la población de Guanape, Distrito Bruzual del Estado Anzoátegui, donde comienza sus primeros intentos en trabajos de campo y de investigación, siempre asesorados por su amigo, el Dr. Rafael Orihuela. De ahí es trasladado a la población de Clarines, en el mismo estado, donde se une con otros compañeros de promoción y funda el Primer Curso de Enfermeras Auxiliares para el medio rural. En el Hospital «Dr. José Gregorio Hernández» de Los Magallanes de Catia realiza el internado dirigido en Pediatría durante un año, y comienza esta especialidad desde el año 1983 hasta 1986, en el Hospital «Miguel Pérez Carreño», siendo uno de los primeros de su promoción.

También se desempeñó como representante de los residentes ante la Comisión Técnica de ese hospital y Jefe de Residentes de dicho postgrado. Es en estos años cuando conoce al Dr. Rafael Godoy, neonatólogo, quien sería posteriormente el padrino de uno de sus hijos y uno de sus fieles amigos; al Dr. Juan Guido Tatá, quien marcó aún más su interés por las enfermedades infecciosas y quien posteriormente le permitiría ser su asistente en su práctica privada como infectólogo pediatra. Sin embargo, Tony comienza la subespecialidad de cuidados intensivos pediátricos, la cual realiza por un año, decide en enero de 1987, ingresar al Posgrado de Infectología Pediátrica, el cual estaba a cargo del Dr. Manuel Gordon Fajardo, en el Hospital «J.M. de los Ríos» de Caracas. Su compañero de estudio y entrañable amigo era el Dr. Kenneth Gibbson, de quien aprendió la convivencia con el indígena venezolano.

Su maestro, el Dr. Enrique Blanco Álvarez, padrino de la última de sus hijas, fue el más crítico de sus docentes, permitiendo con su enseñanza que posteriormente Tony fuera uno de los profesores más admirados del Hospital de niños «J.M. de los Ríos». En 1989, gana el concurso al cargo de Adjunto del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Niños «J.M de los Rios» y comienza su actividad docente y de investigación, siendo el coordinador del Posgrado de Infectología Pediátrica desde 1995 hasta el 2001.

Dentro de sus aspiraciones estuvo la creación de la Unidad de VIH/SIDA del citado hospital; fue ésta la primera de las unidades de referencia de niños con SIDA del país. Recibe la condecoración de Honor al Mérito en el Trabajo del Hospital «J.M. de los Ríos», en el año 2000, por su incansable labor docente, asistencial y de investigación, la cual era orgullo de todos sus alumnos y compañeros de trabajo. Ha sido padrino de promoción del postgrado de Pediatría y de Infectología Pediátrica del Hospital en referencia en varias oportunidades. Hizo un entrenamiento en el Hospital de St. Jude, en la ciudad de Memphis, Estados Unidos de Norteamérica, relacionado con el manejo del niño con enfermedades hematooncológicas y portadoras de SIDA.

Desde enero de 2002, forma parte de la Sección de Infectología del Instituto de Medicina Tropical, donde comparte su actividad con sus compañeros y amigos los doctores Jaime Torres, Carlos Torres Viera y mi persona, logrando así su sueño desde los inicios de su actividad médica. Forma parte del comité editorial de la revista Vitae, publicada por CAIBCO (Centro de Análisis de Imágenes Biomédicas Computarizadas) del Instituto de Medicina Tropical. Su práctica privada la realiza desde 1989 en el Instituto Pediátrico La Florida, siendo consultante de Infectología de otros centros privados de Caracas.

En el año 2001, se traslada a la Policlínica Metropolitana, donde actualmente ejerce su profesión. Ha publicado innumerables trabajos de investigación, tanto nacionales como internacionales, ganando en dos oportunidades el Premio Nacional de Infectología y el Premio «Luis Daniel Beauperthuy» otorgados por la Sociedad Venezolana de Infectología y Sociedad Venezolana de Microbiología, respectivamente. Es autor de varios capítulos de libros de texto de pediatría, dermatología y ginecología.

Tiene interés especial en la búsqueda de lo inusual en el campo de la infectología, y es un apasionado de las letras chiquitas de los libros y de los nombres raros de los gérmenes, proporcionando así un diagnóstico preciso, hecho que lo hace especial como infectólogo pediatra. Ingresa a la Sociedad Venezolana de Infectología en 1990, formando parte de la Comisión de Credenciales, junto al Dr. Jorge Murillo, y posteriormente se desempeña como miembro de la Comisión Científica y de la Junta Directiva, cumpliendo los cargos de Secretario General, Vicepresidente y Presidente (2000-2002). También forma parte de la Sociedad Venezolana de Pediatría, Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, Sociedad Americana de Microbiología y la Sociedad Internacional de SIDA.

Dentro de sus actividades recreacionales, siempre le llamó la atención las realizadas al aire libre, donde los caballos y los perros han sido sus grandes distracciones. Practicó artes marciales y motocross en su juventud. José Antonio Suárez ha sido y será ejemplo a seguir por las futuras generaciones de médicos pediatras y especialmente de los amantes de la Infectología, especialidad a la que está dedicando los mejores años de su existencia.

Biografía elaborada por

Judith Pérez Ojeda

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